Aquí, sentado y embelesado por una súbdita idea, ante mis ojos casi llorosos una hoja de papel un lapicero viejo y una mano que me pertenece, excitada y deseosa de emplear los objetos mencionados para transformarlos en arte, arte para sus ojos y para mis ojos, en especial para los suyos, mi tierna señorita.
veo pues que su presencia me perturba, me inquieta pero que puedo yo hacer?, me siento su esclavo a pesar de que no llevo cadenas estas las llevo en la mente y me encadenan a usted y extrañamente me siento feliz de aquello porque no creo que exista un castigo de tanto privilegio como este en el universo y en el cosmos.
siento pues que me golpea cuando no me ve, que me castiga cuando no me habla y que me hiere sangrante cuando por estos motivos me es indiferente, no me queda mas que recuperarme pensando que esta usted saludable, que es muy feliz y que seguirá siendo la tierna señorita que un día conocí y que tal imagen la llevo clavada en este corazón mío que vibra y se apasiona.
¡Déjame morir pero morir a tu lado aunque no me ames de esa forma moriría con la sonrisa en los labios!, ¡déjame morir, si, pero aunque sea dime: "te amo”, te juro que mis ojos y mi alma llegarían a su ocaso de la forma mas feliz que pueda usted y yo imaginar!
creo que usted sabe quien soy, tal vez reconozca esta letra y tal vez pueda distinguir lo que contiene este papel en mi mirada, porque desde el tiempo en el que a usted conozco siento que las fuerzas para ocultar mis pensamientos me abandonan y que son mis ojos los que reflejan esa debilidad que espero sea efímera porque ya no puedo más.
|