Yo ya estuve en esa casa
Ahí descubrí que una tarde de domingo
Puede ser un eco infinitamente asoleado
Y que los gatos son fantasmas que nos temen

En esa casa maldije mi existencia
Y la de sus causantes
Pero luego aprendí que los héroes
No usan capa y que andan en micro

En esa casa, que con los años se hizo más chica,
Tomé mil tazas de té o café y me comí
Otras mil tostadas con mantequilla o mermelada

En esa casa descorrí para siempre el velo de la inocencia
Junto al crujir ansioso de la madera
Que antes sólo presagiaba pesadillas infantiles

En esa casa sentí muchas veces la tristeza infinita
De la juventud, en el frío poético
De las tardes de invierno

Pero esa casa ya no es la misma y yo tampoco
En los rincones del pasado están las fotografías
De quienes fuimos

Un día abriré una puerta de esa casa
Y me encontraré con un niño en blanco y negro
Listo para irse al colegio