-¿en qué piensas?
Mientras a una la acarician el cabello creo que no está bien contestar en que se piensa, especialmente si estás pensando en el lugar en que Zoa ha escondido su hueso, en los Peta-Zeta y en a quién demonios se le ocurrió meter una piruleta en ese maravillosos dulce, vale que la piruleta está muy rica, pero no se, es como cuando ponen melón con jamón y por tu cabeza solo pasa que quien inventó eso debía comer un jamón bien malo para joderlo de aquella manera. Pues lo mismo ocurre con los peta-zeta, la gracia está en como burbujean en tu boca o en como estallan al tirarlos al suelo y pensar en que asi estallan en tu estomago matando todos los malos rollos que te tragaste la última semana. Sin embargo con la piruleta los espachurras y ya no hay ni habrá forma de hacerlos estallar, entonces es como comerte una piruleta mojada en azucar. No es que eso sea repugnante pero son ganas de matar a la ilusión, no se, como ponerle a tu hijo Nemo en blanco y negro, o decirme que Zoa es un animal y que no pasa nada por dejarla dormir en el cuarto de baño, habrase visto, pobrecita, dejarla dormir contra esos azulejos helados teniendo tanto espacio. Cuando eso ocurre se que nada va a ir bien, lo siguiente será sugerirte que entonces te vayas tu al cuarto de baño, de eso no te libras aunque te encante la canción de sopetón. Claro, que si te gustase esa canción es posible que estuvieses encantado con Zoa y se acabarían todos los problemas por hoy, pero no.

-¿En qué piensas?

Supongo que al repetir la pregunta esperas una bonita respuesta, ahora si que me encantaría que mi camita tuviese un botón como en la peli aquella, de esta no me libro. En fin, ahora si estoy segura que no debería decirte que estaba pensando en que mañana iré a despedirme de los peques, y que pondrán esa carita de decepción que da ganas de ser la flexiwoman para patearse una misma las entrañas. Y ahora que me doy cuenta, si fuese ella podría patearme y tender la ropa al mismo tiempo y así me quedarían al menos dos minutos al dia para mirar el sillón y recordar lo agustito que se está ahí tumbada sin pensar. Definitivamente esto de la mujer trabajadora, mamá, moderna y encantada de los nervios es un engaño de lo peor. Sino que se lo digan al policía ese (tremendo cabrón) que me pidió los papeles del coche y por confusión le entregué la pegatinita esa de "doblemente explotada-doblemente revolucionaria", la gracia me costó un multazo, retirada del vehiculo y denuncia por nosequé a la autoridad.

-¿En qué piensas?
- Si, perdona, pensaba en que no te conozco de nada
- Eso no importa
- Eso es lo que me pudre, que no importe. Además pensaba en los peta-zetas