A algunas personas, muy intelectualidas, culturudas, versadas en el arte de las letras o letradas en el arte de los versos; éste relato torpe, precoz, primario, adolecido, adolecente, quizás pueda resultarles fruto de una pastelería, con sus deslices cursis y adornos grasientos; pero miento si diría, dijera o dijese, que no es cierto (y hasta quizás en otros días yo mismo, simulando esa posición falsa, leería éstas palabras con cierta verguenza propia y... hasta ajena). Pero la verdadera historia justifica y fundamenta cada una de las palabras e imágenes que comienzan a anticiparse al siempre ineficiente y burdo acto de la escritura:

juro haber conocido una mujer de fuego
en el sentido mas literal de la palabra fuego

de fuego sus ojos disparando calor al foco certero de su mirada
con predilección de mi cuerpo virgen
de fuego sus manos quemando cada objeto a su alcance
con predilección de mi cuero virgen
de fuego sus piernas
su sexo ardiente (enjambre bendito de frutas y ríos)
se panza descalza encendida
sus pechos agudos hirvientes, intensos
de fuego su espalda en llamas
de fuego sus brazos en brasas
sus dedos punzantes
sus uñas cortantes
de fuego su risa roja
palabras de fuego sus labios
gemidos de infierno su orgasmo
de fuego su olor
de fuego el silencio

de fuego el descanso


juro JURO JUROOO haber conocido una

MUJER-DE-FUEGO..............................y habreme

querido encender todo el cuerpo al sentir que se hacia humo


en el sentido mas literal de la palabra humo

de humo sus ojos quitando el calor al foco de su mirada
de humo sus manos alejando cada objeto de su alcance
con predilección de mi cuerpo desvirgado

de humo sus piernas
se sexo humeante (enjambre dolido por donde lloran las frutas)
su panza calzada apagada

sus pechos agudos-fríos-distantes
de humo su espalda sin llamas
de humo sus brasas de brazos
sus dedos lejanos
sus uñas ajenas
de humo su risa sarcástica
palabras de humo sus labios
de humo mi orgasmo
el silencio
la espera

pera