Recientemente supe que “reclamar” podría ser una acción abominable. Confieso que nunca lo había visto así (quizá por puro despiste). La verdad es que no crecí en una familia que fomentara el reclamo. Mi abuela, supongo, los hacía, pero frente a la libertad y aprobación con la que se imponía mi abuelo, todo era insignificante. Quiza por eso, cuando alguien me reclama y tiene razón, lo apruebo, sino, lo mando a la mierda, bueno, si es alguien que quiero y me hace un reclamo injusto, me hace mierda a mí, pero claro, algún día terminaré mandándolo a la mierda (el sentido de justicia no me permite convivir con la in por mucho tiempo).
Resulta que “reclamar”, es clamar contra una cosa, insistir, llamar la atención sobre algo injusto...es pedir con derecho (o sea que no a cualquierita le podemos reclamar, sólo con quién nos sintamos con derecho a ponerlo en cintura!).
“Reclamo”, por otra parte, es la voz con que un ave llama a otra de su especie. El grito o el aullido que demanda la presencia del otro (sobre el que hay derecho –desde luego se le llama y por supuesto acude-). Para los humanos, una de las especies más empobrecidas instintivamente hablando, reclamo se reduce a la pelea contra lo injusto.
Reclamar para defender nuestra dignidad, nuestra integridad, es un derecho de cada uno. Es nuestro alto a lo que no debemos permitir nunca: que nos pisoteen e irrespeten. Reclamar para joderle la vida al otro o a la otra, no vale la pena ciertamente, y hay que tomar conciencia de ello porque quien se la pasa jodiendo a los demás termina rejodido: sin los demás y sin él mismo...vacío. Nadie puede dar lo que no tiene y nosotros no podemos demandar de los demás lo que ni nosotros mismos nos damos, así que no tiene sentido reclamar por una actitud, sentimiento o tiempo que esperamos de alguien.
Después de esta reflexión, 25 minutos para darle un motivo de impresión a la impresora (y que después nadie me reclame porque se le secó la tinta!!), sólo me resta decir que quizá en el fondo de mí soy un ave cuyo reclamo aún no ha sido respondido.
18 nov. 2000
Reclamo
Volvé a esta tempestad
que sueña un barco,
una flor de madera
entre sus brazos.
25 Nov. 00
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