Hubo una vez, allá en lo alto de los Alpes Suizos, donde el verde de las montañas se difumina con el azul del cielo y sólo en ocasiones el blanco de la nieve muestra una pequeña línea divisoria entre ambos, una casita pequeña pero hermosa, con muchas, muchas, muchas flores, donde habitaba una familia....

La familia de Cielo Celeste, quien era una niña vivaracha, alegre, juguetona y al mismo tiempo responsable y servicial.

Cielo Celeste tenía una mascota como casi todos los niños, pero esta mascota era muy peculiar, ya que era una cabrita (esto no es lo peculiar), la cabrita de grandes ojos, pelaje suave color trigo y con un balar que se alcanzaba a escuchar hasta en las montañas vecinas, tenía un problema muy, muy, muy grande... le daba miedo saltar... simplemente no lograba despegarse del suelo ni un centímetro para saltar, caminaba, corría, pero nunca, nunca saltaba; grave problema para la cabrita, ya que era rechazada por sus compañeras quienes entre salto y salto llegaban hasta donde querían.

Fué así que rechazada por sus compañeras y no teniendo con quien jugar, se convirtió en amiga inseparable de Cielo Celeste y a su vez ella le brindaba cariño y cuidados.

Siendo compañeras de juegos, en una ocasión cuando Cielo Celeste perseguía mariposas y su mascota la acompañaba, Cielo Celeste resbaló y cayó rodando por un barranco, quedando inconsciente, la cabrita al ver que su amiga había caído y no se movía, se asustó mucho y no sabiendo que hacer, se limitó a contemplarla, después de unos minutos, la cabrita se dió valor y con saltos torpes consiguió acercarse a su amiga, lamiendo el rostro de la niña pudo reanimarla, Cielo Celeste al abrir los ojos se dió cuenta que su fiel amiga estaba a su lado; al quererse incorporar le vino un dolor muy fuerte en una pierna, no podiá caminar, entonces le pidió a la cabrita que fuera a casa y avisará a sus padres; la cabrita entendiendo lo que la niña quería se dió prisa y en pocos saltos llegó hasta el sitio en el que resbaló Cielo Celeste, corriendo en busca de los padres de la niña.

Al ver el gran valor de su mascota Cielo Celeste se llenó de admiración y orgullo.

En poco tiempo llegaron los padres de la niña quienes la auxiliaron y llevaron a casa; pronto se recuperó y volvió a perseguir mariposas con su inseparable amiga (claro ahora con mayor precaución).

La cabrita venció su miedo a saltar, fué aceptada por sus compañeras y es importante decir que todos aplaudieron el gesto heroíco que tuvo para con su amiga....

"Los temores siempre pueden superarse, solo que en ocasiones necesitamos de algo o alguien que nos impulse a vencerlos... la amistad es un verdadero motivo para ello..."

(Para tí angel que nunca conocí... pero se que estás ahí...)