Una Mujer
La búsqueda no es algo fácil.
En tu paso por este mundo conocerás toda clase de personas, de todas las condiciones sociales y humanas; pero a fin de cuentas sólo se tratará de gente, y en este andar lo que has de buscar es: ¡Una Mujer!
Pero una Mujer que no sea una muñequita de vitrina, ni la rosa candorosa e ingenua. Tampoco que sea la hermosura mercenaria, ni la madre sumisa y abnegada o la esclava del hogar. Busca una Mujer que se atreva a ser ella misma con todas sus potencialidades.
Una mujer que no tema ser fuerte, segura e independiente, porque con ello no pierde su feminidad y, en cambio, toma el lugar que le corresponde en la evolución de la pareja humana.
Una Mujer dispuesta a descubrir y a desarrollar todos sus valores y potencial, porque los hombres no maduramos emocionalmente jamás si tenemos compañeras, madres o hermanas que han dado poca importancia al crecimiento como personas. La evolución supone un crecimiento compartido.
Una Mujer que te descargue de todo el peso de un amor no entregado, porque nunca antes de ella alguien lo habrá recibido por completo.
Una Mujer que te ayude a ver como eres, no como crees que eres. Que tenga tacto al decir tus defectos en el momento en que eres más receptivo, para que digieras la crítica constructiva y puedas así, florecer como persona.
Una Mujer que sea tierna, sin que pierda firmeza; seria sin llegar a ser solemne; deseosa de superarse sin sentirse superior; dulce, sin ser cargante, y con la frescura de una muchacha, sin caer en la inmadurez.
Una Mujer que sea tu compañera en todo: desde tender la cama juntos, hasta adentrarse en una aventura intelectual, pasando por la experiencia de trabajar hombro a hombro y recorrer un camino en bicicleta.
Una Mujer que no se alarme si alguna vez te ve llorar (no debes perder esa capacidad de expresión reprimida por el machismo) y que te aliente a “darte permiso” de ser débil y a pedir ayuda a pesar de ser el hombre fuerte.
Una Mujer que descubra lo que le gusta en la vida, y que se esfuerce por averiguar lo que quiere realmente de la misma, teniendo el valor de pagar el precio de sus más grandes anhelos.
Una Mujer que no se deje utilizar y que nunca manipule a otro ser humano, incluyendo a su pareja, pues no tiene objeto caer en una simbiosis destructiva, cuando existe la alternativa luminosa de un enriquecimiento recíproco.
Una Mujer que sepa que el hombre está llamado a ser el más elevado de los seres vivientes; pero que ella, como mujer, fue concebida como la más sublime de las creaciones del universo.
Cuando la encuentres, cuídala, respétala y ámala intensamente.
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