Hay un sonido único, un sonido que amo…
¿Qué más da su frecuencia, su ritmo o su timbre? Si cada entonación te acompaña a surgir de nuevo de las cosas….. Para identificarte en el mundo que al menos yo vivo, no imaginen nada, pues nadie ha podido conocer mi mundo mejor que yo. Lo que pasa es que mi mundo a veces esta bien, a veces está eufórico, luego triste, después rabioso… en fin, es extraño mi mundo y sucede que a pesar de todo, éste hermoso sonido me sigue acompañando, presentándome sus diferentes trabajos y melodías que sin dificultad alguna se hacen amigas de las distintas y variantes partes de mi ser.
Este sonido a veces me da rabia, pues a todo le tiene una respuesta… Entonces le muestro una nueva cara de mi mundo para que al fin se rinda a mis pies gritando:
“Perdóname Valeria, pero no entiendo lo que tratas de buscar”… Pero no, es muy sabio y nunca se rinde, se va y luego regresa con la respuesta que yo andaba buscando y lo peor…. Me gusta, me gusta muchísimo. Y todas las respuestas de este sonido se hacen una necesidad vital… ¡que ingenuo es! Además de ganarse mi cariño y admiración se ganó a mi vida!
Tal vez pienses que es solo un sonido… pero me ha alegrado la vida y es que debo reconocer que me ha dado minutos de entretención, de paz, amor, amistad, esperanza, frustración, comprensión, etc…. Y todo ha quedado guardado dentro de mí.
Yo no busqué éste sonido, quizás él tampoco me busco a mí, sólo topamos en un camino y ahora soy yo quien le debe mucho a él… ¡quién lo diría!

Le debo agradecer por toda su compañía, su simpatía, sus respuestas, y todo lo que durante este tiempo me ha transmitido.
Éste sonido lleva un nombre, que quizá a ti también acompañe, éste sonido se llama “MÚSICA” y es algo más que un sonido, es una melodía hermosa que nunca parara de tocar…