Finalizo un año enteramente confinado
por los vaivenes de números rojos y letras blancas
palabras de color transparente y silencios de olor húmedo

Han partido igual que los días
Seres creídos y amados a la distancia
Mutilados en fotografías sin color
Con presentes alegrías en las otras.

Acabo también el sinuoso y perpendicular camino
Que me llevaba por las noches a juegos y realidades
Maltratados por el valor de su peso
Y pagados por el sudor de mi índice.

Viajes con el agua a las rodillas
Sin sonidos, sólo comillas, palabras de manos
En los bordes atardeceres del alma
En los límites trasnochados de la vida.

Las manos se inflaman en las brazas de lo incierto
Mientras los ojos buscan lo inagotable
Como la sonrisa clara, el apoyo necesario
De mi vida a tu alma, de su mirada a nuestras formas.