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Inicio / Cuenteros Locales / a1_alejandro182 / El arte de amar en las fiestas

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Jóvenes de la ciudad: si uno de ustedes ignora el arte de conquistar a una mujer en una fiesta, lea este texto y actúe inspirado en él. Por mi experiencia he sido escogido por Afrodita, la diosa del amor y la belleza, para ser quien les guíe por las vías del romance.

Primero que todo has de saber que hay dos tipos de fiestas: Las hechas por familiares, las cuales se celebran por una fecha especifica, y las más informales (más conocidas como “agua’e lulo”), en las que se reúnen varios amigos para el goce y la diversión. Debes de tener en cuenta lo siguiente: por lo general, en la primer clase de fiesta se baila con la luz encendida; en la segunda se hace con la luz apagada, por lo tanto la manera de proceder es diferente.

En las fiestas serias has de saber que las mujeres van, generalmente, acompañadas por sus padres, su esposo o su novio (exceptuando a tus primas, tías...). Así que has de tener cuidado con las miradas que les lances puesto que puedes comprometerlas con sus acompañantes. Creo que es mi deber recordarte que también acuden a estas reuniones señoras maduras interesantes (no son tus tías...), con ellas has de proceder cautelosamente porque sus corazones pocas veces se fijan en personas que no sean adultas. En las minitecas o “agua’e lulo” muchas mujeres jóvenes asisten solas debido a que son informales, y algunas van sin pareja para conseguirla. Ten en consideración lo siguiente: en cualquier fiesta podrás encontrar a la mujer en quien reposará tu amor, tu deseo; todas podrán ser conquistadas, pero esto depende de la astucia con que sepas “tirar los perros”.

Cuando llegues a la fiesta has de mirar a todas las direcciones para analizar los rostros de las mujeres; si acaso alguna no te agrada puedes esperar a que atraviese el umbral aquella diosa encarnada a la cual conquistarás. Después de que tu corazón escoja a tu futura amada lo que debes hacer es lanzarle miradas, y si los ojos de ella se encuentran con los tuyos sonríele. No has de ser intenso con ella (en ocasiones mira hacia otras partes) ni tampoco trates de llamar la atención a la fuerza (no te luzcas, no seas payaso, no hagas algo de lo que puedas arrepentirte), actuarás con naturalidad. Luego has de averiguar quien la conoce, le pedirás que los presente, después de esto podrás sacarla a bailar o te harás a su lado y le pondrás un tema de diálogo; si por casualidad nadie es conocido suyo, haz de dirigirte con cautela para sacarla a la pista de baile o decirle que si puedes sentarte a su lado. ¡OH Joven! Ten cuidado en el siguiente punto pues son muchos los que han fracasado al no saber como proseguir: procura conversar de manera tal que averigües sus datos (qué edad tiene, qué hace, qué le gusta, etc.) disimuladamente. Luego dialoguen sobre asuntos de sus vidas cotidianas, pero hazlo de manera graciosa. Recuerda que las princesas nunca besan al bufón. Las mujeres se burlan de lo que hacen Jim Carrey y Mr. Beam, pero se ríen y se sienten atraídas por lo que hacen Jerry Senfield, Robin Williams o Matt Groening. Si el perfil de tu dama es de ejecutiva no debes de hablarle de las borracheras con tus amigos; si es una joven no le dirás de las cochinadas que tus compañeros y tú hacían en el colegio. Con ninguna habrás de comportarte como un “guache” ni contarle todas las aventuras sexuales que has tenido. Tomarás con prudencia licor pero te abstendrás de embriagarte frente a tu dama: para ellas no hay cosa más inmunda que un hombre ebrio y que las esté fastidiando. Le brindarás trago a tu levante puesto que este ablanda la carne. Bien lo decía el escritor romano Ovidio: “El vino predispone los ánimos a inflamarse enardecidos, ahuyenta la tristeza y la disipa con frecuentes libaciones. Además, para ir creando confianza la invitarás a bailar antes que otro galán lo haga. Evitarás hacer cualquier movimiento raro o realizar cualquier paso que nunca antes hayas practicado: a las mujeres (en su gran mayoría) no les gusta ser el centro de atención en la pista. Bailar con ella algunas canciones y luego déjala descansar.

Joven, si has sabido cazar tu presa, si la carne está en su punto, si aquella gacela ha caído en tus redes, es el momento de invitarla afuera un momento con la excusa que está haciendo calor y van a tomar aire. Si el bario en que se está llevando a cabo la fiesta no es peligroso saldrás a dar una vuelta por ahí cerca con ella, pero si esta acción pone en riesgo tu vida saldrás al jardín del lugar donde se celebra la reunión. La llevarás, en cualquier caso, a un sitio tranquilo, un poco oscuro, donde no haya nadie y allí le dirás (no importa joven si debes de mentir un poco) cuán brillantes son sus ojos, sus labios, sus manos. Le dirás que su cabello es más hermoso que una gota de rocío en el pétalo de una flor; que bajo el cielo no habías visto nunca un ser tan perfecto y lleno de gracia como ella. Le hablarás con un tono suave y seductor, hazla sentir única. Mientras tanto dejarás a un lado tu timidez (si aún la tienes) y te irás acercando a ella poco a poco, la tomarás entre tus brazos suavemente pero con presión. Cuando la tengas frente a frente le susurrarás al oído palabras dulces, no temas ser cariñoso; usarás palabras que la enciendan por dentro, palabras que estremezcan cada rincón de su ser y que muevan su lujuria, su pasión. Entonces la mirarás a los ojos e irás llevando tus labios a los de ella. Si acaso tu conquista no se deja besar o lo hace por poco tiempo y sin candor, habrás de retomar el camino andado para regresar a la fiesta: esa mujer no está dispuesta a soltar algo. Joven, siéntete dichoso si recibes una actitud positiva a tu beso ¡Cuantos otros quisieran haber estado en tu situación!

La besarás con delicadeza, con los ojos cerrados e introducirás por breves momentos tu lengua haciendo movimientos suaves. Si deseas podrás morder con mucho cuidado y poca rudeza el labio inferior de tu amada. La sujetarás con firmeza para que ella sienta el calor que va invadiendo todo tu cuerpo. Durante el beso no abrirás los ojos, ni exageradamente la boca; no dejarás que los dientes se rocen. Por nada del mundo te desconcentrarás de lo que estás haciendo: Solamente pensarás en lo que estás y punto. Acaríciala más ten cuidado de pasarte de la raya puesto que algunas se sienten incómodas cuando un hombre las toca. En caso tal de que quieras saber hasta donde es el límite pasarás tu mano por su trasero: si ella te la quita es porque no tienes chance de nada; si accede entonces continuarás recorriendo su geografía corporal con tus manos. Introducirás tu mano dentro de su blusa para acariciar su espalda... bueno, eso si deseas llegar al acto final de Venus, si quieres tener un polvo de medianoche o un “quickie”. Tocarás sus senos apasionadamente, incrementarás el deseo con que la estás besando y lo harás pasando tus labios por su cuello y sus oídos. A este punto ella habrá de estar también acariciándote y quizás tendrá su mano en la fierecilla salvaje que tienes por miembro. Le subirás un poco la falda o desabrocharás levemente su jean, sacarás tu arma y la guardarás dentro del cuerpo de tu doncella (recuerda la importancia de saber utilizarla). Haz de recordar que actuarás con prudencia puesto que estás en la calle (Y si te encuentras a las afueras del lugar de la fiesta ni te atrevas a tocarla), pero si lo que quieres es desaforar tus instintos y sacar a flor de piel tus pasiones llévala a un buen motel o pide prestado un cuarto al anfitrión de la fiesta.

Joven: ten ánimo y valor. Sea cual sea el resultado de tu cacería (si no cayó nada al patio, si pudiste besar a una dama o hiciste realidad una de tus fantasías) actuarás con cautela bajo las instrucciones que te he dado. Si la mala suerte te acompaña a cualquier reunión que vayas y no hayas la mujer que avive tus deseos ve pensando, joven sin suerte, en ampliar el repertorio: quizás lo que necesites no sea una princesa sino un príncipe.

Texto agregado el 06-01-2005, y leído por 1962 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
05-05-2006 Creo que tu historia es bastante misogina. Además de que no creo que existan recetas para conseguir pasar una noche con alguien. claudiahernandez
20-01-2005 tienes buen repertorio. pero sabes, no creo que las mujeres a las que te refieres sean unas doncellas, princesas o damas porque ellas NO te lo dan en una noche. Esas que nombras son mas bien libertinas, y no des tantos consejitos porque en estos dias resultan siendo SIDA. Princesa_Zafiro
06-01-2005 muy divertido tu cuento, instrucciones precisas y comicas, dibujas bien el escenario de la fiesta. wario
 
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