Mi voz
en susurros temerosos
te dijo... te quiero!
Pero tù
no quisiste escucharlo.
Entonces
un torrente de làgrimas
sobre mi rostro
repitiò... te quiero!
Pero tù
no quisiste mirarlo.
Y mis brazos extendidos
suplicando un abrazo
volvieron a decir... te quiero!
Pero tù... ya te habìas marchado...
Texto agregado el 05-01-2005, y leído por 162
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
05-01-2005
Buen poema y triste tambien aunque la mayor tristeza es no haber amado zadig
05-01-2005
Mmm...Me recordó las mil señales de amor que alguien escribio y a las cuales nunca le hacemos caso...Esta bonito, aunque decir las cosas tan explicitamente no es mi lectura preferida...jajajaja, pero quien soy yo para criticar? Muy bn ;)..Adieu. NemesisAmante
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