Nuestra relación tiende a ser un paseo de la mente, donde repetidamente estructuramos un parque de atracciones con juegos especializados sólo para los más aptos. Dudo que alguien pueda notarlo, pero tú y yo vivimos en un constante juego de pégale a los cocodrilos en la cabeza, en el que cada respuesta ingeniosa sobre la que nos abalanzamos para ganar, es un cocodrilito que aniquilamos, y cada ronda vencida es un peluche de 3,50 x 2,45 de recompensa para nuestro orgullo.
Tú y yo vivimos inmersos en una serie de preguntas cotidianas... quién ha visto mas peliculas, quién es mas cínico, quién critica más originalmente los poemas de Neruda, quién elige la mejor gama de palabras para articular la frase final de cada discusión, quién amaneció mas odioso, quién hace la mejor salida, quién puede subyugar primero al otro con sus peripecias orales, tirándolo en carne viva a la red que lo acurruca vulnerable.
Un debate de inteligencia, de ingenio, de egos, de razón. La verdad es que you and I, somos una walking contradicción.
Dicen que en el amor y la guerra todo se vale, sin embargo, yo me he encontrado con un dilema incuestionable, y es que, respetado rival, para mi particular situación, en esa frase hay un error. Una contradicción tan grande que me lleva a reconocer que perdi mi batalla, pero ineludiblemente, a pelearla. El punto es, amigo mio, que el error que está en la frase, no es como pensarías tu, algo mas bien, favorable. La verdad tan evidente, ni un medico la entierra, porque es simple y llanamente, que este amor contigo es mi fuckin guerra.
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