Sabía que sus ojos, sinceros, mustios, verme no podrían. Los mios, daltónicos, prestados, tampoco lo harían.. La verdad fue cincelada con los ojos de la piel. Mi reflejo, en tu mirada lo que necesitaba ver. Gracias, amiga. Gracias.
Texto agregado el 03-01-2005, y leído por 133 visitantes. (0 votos)