La tempestad asolaba las costas de mi cansancio. Varada en las rocas yacia mi conciencia.
Nada me guía, sin rumbo enfilo hacia todo lugar que llama mi atención. Cigarro en mano, boca, mano, caminaba bajo la lluvia.
Indiferencia y felicidad rondaban mi cabeza, visitando todas las habitaciones del lugar, solo al sótano no atreviendose a entrar.
La candola refresca mi ahumada garganta, las pulgas me pellizcan las bolas, y Marley suena a mi espalda burlandose de mi carencia.
Continúo mi camino hacia...
Cara o sello.
... la izquierda, la moneda servirá para completar una chela.
La ducha celestial se detiene. Que pena. Me saco el gorro (ya me lo pondrán).
Un grito avisa una cerveza, un "vamos" y pongo la segunda.
-tE dIgO qUe LiNcH lA LlEvA, hAcE pOcO dIeRoN bLuE vElVeT...- y más mierda sale de mi boca y más cerveza en dirección opuesta. Las pulgas siguen picandome las bolas una hora más... creo.
Mi cuerpo dice No, mi cerebro Sí. Gana mi cuerpo y me dirige en zig-zag Hacia mi cama.
Autos, casas, peroos ladrando y yo dentro de mi escudo etílico refugiado mirando el show.
Llego, llave, no hay. Toc-Toc, abre mi amigo. Un par de frases dislálicas y me contesta...
-¿Qué nos vamos a tomar?-
Respiro hondo. No más, mi cuerpo. Vamos, mi cerebro. Gana mi cerebro y me encuentro frente al clandestino con un par de vidrios vacios en las manos. Mi amigo habla, yo paso los envases.
Cerveza y música, cerveza y PC, cerveza y comida, baño. Gana mi cuerpo por knock out, mi cerebro no sabe ni que lo golpeó...
Abro los ojos P.M., una ensalada golpea mi estomago y...
-¿Qué nos vamos a tomar?-...
Toda una semana de vidrio y cartón. |