Primer domingo de 2005, cojo ese calendario de regalo que me dieron en la frutería y me detengo un poco a pensar en el año que estamos y uno piensa que no hace tanto se hacían películas de ciencia ficción que desarrollaban su argumento en estos días que vivimos ahora. La verdad es que ni los coches vuelan ni llevamos trajes plateados pero a decir verdad la ciencia avanza que es una barbaridad, como decía mi abuela. Estamos rodeados de tecnología punta por todos lados y la usamos a diario, vemos la televisión, utilizamos cámaras digitales y de video, dvd´s, ordenadores y computadoras, teléfonos de última generación, agendas electrónicas, bombillas de bajo consumo, automóviles con GPS, subimos a aviones super-rápidos y trenes de alta velocidad pero lo mejor de todo es que no tenemos ni perra idea de como funcionan esas cosas que nos facilitan la vida diaria.
Cada vez que me subo en un avión sigo pensando como carajo puede volar algo tan grande y ¡hala!, la gente tan tranquila a dos mil metros de altura y que me dicen de la tele, ahí sentados viendo algo que está sucediendo en la otra punta del mundo, mi abuelo decía que eso era algo de la magia y no sé si tenía razón pero que vengan y me lo expliquen. El otro día mi suegra tenía que enviar un documento por FAX, como yo tengo en la oficina me pidió el favor de que se lo enviase, hasta ahí todo bien, lo fuerte fue la coletilla que me dijo al final “ yo lo que no entiendo es como el papel cabe por ese cable tan fino y llega tan lejos” y no es broma, que se muera mi suegra si miento. La semana pasada llevé mi coche al taller mecánico para los cambios de aceite, filtros, etc... el mecánico levanta el capó, me mira y me pregunta “ ¿este modelo es el que tiene la inyección electrónica de tres cilindros?” me lo quedé mirando con una cara de idiota impresionante, balbuceé alguna palabra y le confesé que no tenía ni puta idea de lo que me hablaba, joder, yo sé que los automóviles tienen cuatro ruedas, volante, acelerador, embrague, freno, cambio de marchas y botones en el salpicadero, ¡ para qué saber más!
Lo que más me asombra de estos tiempos es lo del espacio exterior, cada vez que veo a esos astronautas flotando en la nada pienso que tienen dos cojones muy bien puestos, claro que mi madre sigue insistiendo es que es mentira, que eso es una película y no hay manera de convencerla, la verdad es que tiene un argumento muy bien asentado, ella dice que para que quiere nadie ir allí arriba si lo bueno está aquí abajo...
Saben que les digo, que no pienso enterarme de cómo funcionan las cosas, que paso de eso, si hay gente que los crean y los mantienen para que me voy a preocupar, que ellos hagan eso y yo escribiré relatos para que se entretengan cuando lleguen a casa cansados de tanto ingeniar.

Luis Barrasa Martínez( Barrasus) Sevilla 2 de enero de 2005