Tienes un hada
que no es cualquier hada salida de la nada,
cuyo nombre es letal como el mismísimo cianuro en gotas.
Sin embargo te refugias en ella para:
calmar tus corrosivas angustias,
aclarar tus densos y erosionados pensamientos
y controlar tus ligeros y amnésicos instintos.
Pero tarde o temprano,
esa inseparable hada hará su propia revelación
con su licencia para matar mediante su maldita
vara mágica.
Texto agregado el 01-01-2005, y leído por 268
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Lectores Opinan
04-09-2005
Aquí no trataste de...sino que lo hiciste. ericadelospajaros