...también existe la gente que se traumatiza a sí misma. La dosis es clara para esas otras bestias : (disponible en el próximo número).

Como fuese, como sea, la situación es la siguiente : nudo gordiano entrecruzado como florcita. Así queda entre su frente y su nuca.

Cuando la palanca se atora en la labor mecánica el usuario, consciente del error, debe precisar los pasos citados : (dibujo esquemático).

Si un día cualquiera ente desea vivir una vida normal, carente y excitante, le basta tan solo con abrir el portón de acero que tapia con poca elegancia su castillo transilvánico. Crujirá por la falta de uso, cierto es, y su ruido podría incluso causarle un nivel pronunciado de otitis, por lo que se recomienda el uso de orejeras. Si no tiene la llave una palanca de fierro sin oxidar le serviría como herramienta bestial en cuanto a vencer el afán conspirador del universo de dejarlo bien estancado en su casa porque el mundo tejerá ardides intrincados para su infelicidad. Si carece de la fuerza para ejercer un torque decente a nivel de conjunción portuaria tendría que intentar saltar la muralla. Para conseguir estar a nivel de los dos metros y medio (que mide su muralla, según la estadística) precisará de una escalera o un mecanismo de andamiaje. De no contar con tales útiles deberá construir una pila de cosas sobre las otras de dos metros y medio de altura. Cuidado, bestia, que puede en una de esas irse de espalda y quebrarse el cráneo al golpear en la losa del antepatio. Le aconsejamos amarrarse una cabecera en la nuca, atada firmemente con pita de cocina o cuerda, todo sea para minimizar riesgos. Al caer del otro lado es muy probo que se tuerza la pierna o el tobillo, en cuanto a lo que se le sugiere llevar en su morral de cuero unas tablillas y una venda, junto a un par de analgésicos que eventualmente le calmen el dolor este de salir del castillo transilvánico.

Luego de lograr dar este primordial paso, que por sobre todo es voluntad, tendría que intentar acertar de entre varios senderos el que le conduzca al pueblo y, gracias al azar o una conspiración universal, no escoger aquellos que llevan a los despoblados de lobos, criaturas soeces que se deleitan con la carne de bestia fresca. Poniéndonos en el (probable) caso de que caiga en camino de lobos de las llanuras le instamos a portar consigo un sable, espada o daga larga, y si pudiera un par de pistolas con balas de plata, que según la tradición fomentan la codicia de los animalejos, que son capaces de exhibirse frente a usted con el objeto de recibir un balazo asegurador de la trascendencia de su entorno, pues su familia lóbica al ejercer la autopsia y obtener la bala de plata logran cubrir el invierno comprando provisiones o un bono que garantice que los humanos no les den caza.

Como sea. Si logra dar con el camino al pueblo trate de no acercarse a éste de día porque los aldeanos intentaran ahorcarlo, prenderle fuego o hacer todas esas cosas que los aldeanos le hacen a las bestias inmundas como usted (perdone la expresión, pero suponemos de su conciencia de los hechos de la realidad, y en este folleto tratamos de ser directos y transparentes, no se trata de formalismos, sabrá usted). En caso de que sobreviva a la furia de la plebe le comunico que acaba de cumplir su objetivo. Ahora, en su proceso de humanización le recomiendo leer el folletín respectivo, titulado esta vez: "como deben las bestias convertirse en un humano que sea agradable a la vista de otro humano desagradable". Le esperamos con ahínco y le instamos a salir de su castillo transilvánico con puerta de óxido y lunas llenas gargólicas y feas. ¡Como olvidarlo!, usted no tiene motivos claros para hacer todas estas cosas que parecen un tanto jocosas o complicadas, pero no se preocupe, algún día los tendrá, ¡como todos!, pues es nuestra principal característica de civilización y urbanismo decoroso.

Sin más que decir aparte de un afectuoso y cordial saludo nos despedimos hasta la próxima edición por carta de este curso que aun no titulamos pero que está rindiendo con frutos insospechados en cuanto a nuestra popularidad empresarial.

Atte., sociedad de estudios Fric.

p.d. : adjuntamos con esta misiva informativa un mapa explicativo de como amarrarse la cabecera a la cabeza. ¡Todo sea por su seguridad!.