A mí nunca me ha gustado el dulce; ni el chocolate por supuesto… Ya, ya sé… soy un raro.
El caso es que ante la insistencia de aquella señora, dueña del quiosco de prensa y de la obstinación de mi madre cogí aquella bola pringosa y reblandecida de presuntamente exquisito chocolate y la introduje en mi boca.
El asco y la náusea fueron inmediatos. Ese empalagamiento exageradamente azucarado; Sentir la boca densamente pringada y para colmo esa explosión de licor de avellana al intentar masticar me hicieron hacer el gesto de recoger mi propio estómago que intentaba escapar por la boca.
Por si fuera poco; mientras una me miraba atentamente esperando ver en mis facciones una expresión de deleite y satisfacción la otra me insistía en que pronunciara la palabra “gracias”…
Fue demasiado; a mis ocho años solo pude escupir y emitir un sonido gutural que dejaba bien claro que quería decir… ¡!Mierda¡¡
Mi madre desde entonces me saltaba el turno en el reparto de bombones y aquella señora, por cierto; gorda, mellada y fea como un día nublado… nunca más me saludó; a dios gracias.
Texto agregado el 01-01-2005, y leído por 571
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Lectores Opinan
17-11-2009
Muy bien dibujada la sensación del asco que produjo ese bombón que no querías ni probar.Me regustó.Mis******** almalen2005
29-03-2006
jajjaa.. bueno ya sabemos k es lo k NO debemos invitarte jeje KaReLI
07-03-2006
Desde luego, qué mal trago te hicieron pasar estos mayores... No hay derecho, hombre, no hay derecho... LaranadeShalott
15-10-2005
Me pasó lo mismo con el arroz con leche (uack) tallerdecosio
26-03-2005
jajajajaja ¡todo un drama! Genial la descripción que haces de la situación, vi perfecto esa boca salpicando chocolate en todas direcciones ¡muy buena! maitencillo