Cap. I
He pasado horas contemplando la degradación de brillos que produce la lámpara de mi celda. Me causa tal calidad de sosiego que me imagino yacer sobre las tibias arenas de una playa degustando el susurrar del viento y el suave crujir de las olas -en las experiencias profundas los sentidos suelen confundirse. Jamás pensé que se pudiera tener esta sensación de paz en cualquier lugar y en cualquier momento, mas ahora ya ni siquiera lo dudo.

Cap. II
- La Diosa de Toot. ¡Qué estatuilla tan maravillosa! Observa el acabado, la textura... –expresó él sin sacar los ojos del objeto.
- Hemos burlado a los guardias y al sistema de seguridad y, ¿te vas a poner a filosofar a esta hora ? –dijo ella con el humor típico de un día rutinario (rutinario [rutinario]).
- “Desde la oscuridad todo es luz” como dice el dicho isleño. ¡Es verdad! Esta mini-escultura brilla por sí sola.
- ¿Puedes callarte y dejarme trabajar? Pásame el desmaterializador...
ZIIP, y luego se escucharon sus cuerpos efecto de la gravedad.

Cap. III
Por cierto. Se me olvidó presentarnos. Yo me llamo Ol y mi compañera se llama Fénix.

Cap. IV
- Despierta Ol. Tienes visita –anunció el carcelero mientras empujaba el cuerpo de Ol con un bastón láser.
- ¿De quién se trata esta vez? –dijo Ol acurrucándose para luego estirar su cuerpo hasta el máximo.
- Se trata de un joven coleccionista. A mí me parece más bien un reportero porque quiere hacerte muuuchas preguntas.
- Está bien.

Cap. V
Me arrestaron hace cinco años y no me he sentido incómodo en este lugar. La verdad que cuando llevas mucho tiempo viviendo en un lugar este se convierte en tu hogar no importa lo feo que sea.
Aún recuerdo ese día en el que un joven me mandó a llamar. En ese momento no sabía que quería. Recuerdo que atravesé el patio común para llegar a las cabinas telefónicas. Ahí, en el patio, logré divisar a mi izquierda unos vidrios oscuros. Supe entonces que nos vigilaban hasta cuando interactuábamos con nuestros compañeros a la hora del juego. Me sentía como en un reality show y eso me divertía. Lo cierto es que esa entrevista detonó un cabo suelto del asunto del museo.

Cap. VI
Ol cogió el auricular y miró al joven, detallándolo.
- Hola Ol. ¿Cómo estás?
- Bastante bien. Esperando que lleguen unas féminas para que me apretujen y me besen con locura.
- (Je,je,je.) Veo que no has perdido tu sentido de la diversión. En los diarios se menciona mucho.
- Si, me he acostumbrado a que me llamen “el reo más popular” y a que escriban historias sobre cómo sobrevivir en la cárcel con una sonrisa. Pero me gustaría que pronto me dieran de alta. Me gustaría ser uno de los “amenazados” de la semana.
- Un momento... –el joven difícilmente podía mencionar palabra debido a la risa irrefrenable- Un minuto por favor... Ahora sí. Dime una cosa Ol, eh, y disculpa que te haga esta pregunta: ¿qué fue lo que realmente sucedió en el museo esa noche?
Ol rectificó la posición de su columna, estiró su cuello un poco adormecido y humedeció su garganta para explicar una vez más lo sucedido:
- Mi compañera y yo planeamos un robo al museo de Arquetips...
- Antes de que sigas me gustaría que resumieras.
- Ya. Entonces llegamos al preciado tesoro y la policía frustró nuestro acto con unos dardos tranquilizantes.
- ¿Nunca buscaste las marcas de estos dardos en tu cuerpo?
- No, nunca lo hice.
- Déjame explicarte una cosa y esto te parecerá sorprendente: la semana pasada la policía reconoció que hubo un error en el sistema de seguridad del museo esa noche. Resultado: no hubo ningún lanzamiento de dardos. ¡Los mini-proyectiles nunca salieron hacia ustedes!
- ¡No puede ser! ¿Qué pasó entonces?
- No estoy muy seguro pero me gustaría llegar a saberlo, y pronto.

Cap. VII
Mi compañera y yo intentábamos robar la Diosa de Toot y no fuimos capturados por la policía. En realidad fuimos capturados por una fuerza que nos dejó inconscientes, y luego, la policía nos vió desplomados en la escena del crimen y con las manos en la harina. Jamás podríamos haber dicho la palabra inocente.
Ese hecho abrió una nueva puerta en mi mente y quise entender lo que había pasado, pero mi psiquis no hallaba respuesta.
Después de la entrevista me marché a mi celda (siempre acompañado por un guardia) y reposé pensativo. Estreché mi almohada y caí dormido.

Cap. VIII
Esa noche Ol tuvo un sueño que jamás olvidaría.
Ol iba caminando en un sendero computarizado cuando se encontró con un precipicio. Al retornar su mirada al horizonte distinguió la Diosa de Toot en la punta de un obelisco de base insospechada, ya que la terminación inferior estaba cubierta por nubes de color pastel. Tardó un tiempo en decidir si quería saltar para alcanzar a la deidad. Tomó el impulso suficiente, saltó, y en la mitad del camino una especie de escudo con aspecto de hielo lo detuvo. Empezó a caer con fuerza y voló por unos segundos hasta que se golpeó con otro escudo dispuesto horizontalmente. Después de estar un momento aturdido, logró reconocer unas letras talladas en la superficie transparente. Justo después se oyeron unos CRICK y el piso trémulo que se resquebrajó como vidrio le dió la oportunidad de seguir cayendo hacia el infinito.

Cap. IX
L mr st n t, recordé esas letras mientras despertaba. Había tenido un sueño revelador. Me gustaba el hecho de descifrar este acertijo y por semanas intenté descubrir el significado oculto. No lo logré. Recibí la visita de un personaje ya conocido.

Cap. X
- Hola Ol. – saludó el joven con alegría.
- Hola. ¿Cómo estás? Tuve un sueño increíble anoche.
- ¿Qué soñaste?
- No recuerdo con claridad. Unas letras... – sacó su libreta para nombrarlas con veracidad- l mr st n t.
- ¡Guau, realmente estás conectado con la Diosa! Verás. Cuenta la leyenda que la Diosa es una mensajera de Sybiss, el Dios de las verdades. El se está tratando de comunicar contigo. Ol, debo decir que a pocas personas les sucede esto. Eres muy afortunado.
- La verdad no tenía idea. Pero... ¿qué puedo hacer para recibir el mensaje completo?
- Meditar. Estando aquí en la cárcel tienes mucho tiempo para hacerlo. Dáte cuenta que no estás aquí por casualidad. La cárcel es donde debes estar mas no es causa en tu vida. La Diosa sí.
- Creo entender.
- A propósito hablé con Fénix.
- Y, ¿qué es de ella?
- La pusieron en libertad bajo fianza. Ella está bastante bien. No te preocupes de ella. Ahora me tengo que ir. ¡Que estés muy bien! y ojalá resuelvas el enigma.
- Muchas gracias por la visita. Me hacía falta alguien con quién hablar.

Cap. XI
Y conversamos sobre mi hallazgo y lo que quedaba por hacer: meditar. El joven me recomendó que adoptara una posición cómoda, que respirara profundamente, que me sintonizara con cada sonido y sensación y que permitiera toda clase de pensamiento, porque al final el silencio reinaría. Así lo hizo. Claro. Después de unas cuantas semanas. (Aún le buscaba la vuelta a esas letras.)

Cap. XII
Ol podía relajarse tanto con sus meditaciones que varias veces caía dormido. Sentía que no necesitaba de nada, ni siquiera de la comida. Se había convertido en un maestro tan elevado que enseñaba a sus compañeros. Se sentía útil en el mundo y esto le llenaba. Percibió esta como su respuesta hasta que un día en pleno acto meditativo cayó rendido a los pies del sueño. Tuvo el mismo sueño de la vez anterior pero esta vez no se abalanzó sobre la estatuilla. La observó desde lejos y preguntó:
- Diosa, ¿qué me quieres decir con tus cantos encriptados? ¿Qué beneficio manda Sybiss a mi ente?

Cap. XIII
Un día recibí el mensaje de la boca de la misma Diosa. Lo recibí soñando y al despertar pensé con claridad la completación de las letras. Sin embargo, Sybiss me advirtió que no revelara el mensaje al mundo, pues podría sobrevenir una catástrofe. Así que lo guardé para mí con recelo.
Al día siguiente me comuniqué con este joven tan curioso, le di las gracias de nuevo por la ayuda que me prestó y me permitieron, gracias a mi buen comportamiento, darle un merecido abrazo.
Hoy salgo en libertad de esta cárcel pero la verdad es que soy libre desde hace mucho tiempo.

Nota: si leen los números impares del cuento tendrán un cuento que es independiente del cuento entero... Gracias por su atención :)