La arrogancia tenia sentido debido a su existencia, decía que iba ser grande entre los grandes, desde pequeña ella dirigía los juegos, conforme fue creciendo, siempre quiso imponerse, era grande su insolencia, a los mayores no respetaba, a los pequeños pisoteaba, era una mujer de fuerza, y muchos como yo, la admirábamos.

En una ocasión, alguien rompió su corazón, ella bajo su moral hasta el suelo, parecía que su arrogancia había terminado, todos buscaban su cara, no para consolarla, para verla llorar, yo en una ocasión la observe muy mal, y le dije en tono de broma, - si te suicidas, no digas que fue el, y es mejor un balazo en la cien, es mas rápido. Ella de pronto voltio con cara de furia, “yo morir por el, ni que fuera pendeja, y si voy a morir algún día por una bala, es por que estaba en la lucha ”.

Su decisión fue a unirse a campañas de lucha, siempre en contra del gobierno, globalifobicos, reuniones ecologistas, grupos agropecuarios marginados, yo la veía como pintaba para heroína, si no fuera por su arrogancia, ella siempre me decía que “iba morir con una bala”.

En un año nuevo, se celebro entre amigos, bebidas, baile, y uno que otro cigarro disfrazado de tabaco, se veía la alegría, y la esperanza de venir el próximo año, todo esto era hasta amanecer, a las doce de la noche, muchos arrojaron balas al aire mientras las campanas retocaban y los abrazos se repartían, se termino el año, todos jubilosos decidimos seguir bebiendo y festejar, ella decidió marcharse, nadie pidió que se quedara, todos estábamos cansados de ella, pues quería manipular todo, la música no le gustaba, nuestras bebidas criticaba, nosotros sentíamos su opresión, y todos la despedimos.

El primero de Enero fue diferente para notros, mas para ella, por voces nos enteramos de lo sucedido, llegamos a su casa donde ella estaba tendida dentro de una caja, era el medio día, todos se veían desconsolados, gente de sus movimientos regalaron coronas de flores, se veían hermosas alrededor de su cajón de madera oscura, no se si era caoba, los sollozos berridos de su madre, se escuchaban en el fondo, y yo me aproxime incrédulo, todo parecía un mal sueño, llegue frente de ella, y ahí estaba, tendida ,sin rostro a mi parecer, sin vida, yo toque su féretro y me acerque un poco para susurrarle, “siempre tuviste la razón”.

Ella murió a causa de comprobar una ley física, se aplico a las balas que surcaron el viento a las 12, la bala de pronto callo a su cabeza.