Lentitud es algo suave para mi. Para ti no lo es más que una larga caminata a paso de paciencia.

No desear el amor como algo inútil. Te quiero amarrar a mi alma para que seas prisionero de mis deseos. Cuando el sol aparezca sobre nosotros, y las temperaturas se eleven hasta el cosmos más abstracto.

Con cuidado te digo palabras ténues y vanas. Pero en el fondo, no existe más que un intenso e intrínsico deseo de jalarte y llevarte lejos, a un lugar que sólo yo conozco, y a un lugar que quiero que tu seas la única persona que lo contemple después de mis ojos.

Cantar y danzar al ritmo de tu latir, al compáz de las melodías de tu corazón; tan perfectamente interpretadas, con talento, con pasión. Sin embargo, no soporto los ruidosos sonidos de las aves que me distraen de mirarte, de admirarte y de sobreexponerte a mi amor.

Que lindo es estar en el lugar de las nubes, viajando por horizontes de nácar y espuma de inspiración. Se trata de mi lugar junto a tí. Vayamos donde vayamos, llegaremos al mismo lugar, en donde nuestras voces se agrandan y alcanzan nuevas rutas, por donde podemos seguir nuestra aventura.

La armonía nos fusiona, y nos impone nuevas sensaciones, que al chocar nuestros corazones sentimos con la más tranquila felicidad, ¡Brindémos! No hay nada que me separe de estos momentos, de sentirlos a cada instante, y amarte más y más... hermosura de la creación.

Pasando los minutos cálidos del amor... vives en mi interior y me enseñas a ser alguien para ti. ¡Sí que eres lo más grandioso para mi! Si me llamas, iré. Si me invitas, no te rechazaré, pues eres mi sol y yo te necesito como este mismísimo planeta, que gira y gira cada veinticuatro amaneceres en su propia locura; pero tu estás ahí y yo te veo, y nos sonreímos mutuamente, y la calma me invade como una gran ola del mar.

Sin pasiones, no se qué es vivir. Sin tu presencia, me faltan los respiros. Pero no quiero morirme en los fangos de la desesperación, bajo cielos malditos y llenos de dolor, oscuros. Pero creo que comprendes mi pensamiento. Pero solo hacia ti me dirigo, y tu sabes que voy hacia ti. Pero falta algo, faltan silencios que terminan siendo las pruebas más irrefutables entre tu y yo. Esperanzas siembro por los campos, aun sobre estas arenas movedizas, que pretendo encontrar tu aceptación incluso en profundidades acuosas.

La luz mágica de la primavera me conversa sobre ti. Me dice cosas maravillosas que no quiero parar de escuchar. Me habla de tus ojos, de cómo venciste al mundo cuando solo te encontrabas. Me charla sobre tus hazañas en el desierto, y me dice palabras que me llenan de ilusión, de esperanzas significativas. A pesar de que cansada está mi alma, mi cuerpo todavía cuenta con las fuerzas que penetran por mis ojos. Lentamente me separo de los sonidos del cielo, y dejo de escuchar. A la lejanía, te veo, caminando por senderos iluminados por mis heridas. ¿Vienes a compadecerte de mi? Por favor que la gracia me de siempre días de eternas miradas entre tu y yo. ¡Que colores amarillos y azules se confundan con lo verde de tus ojos, y con lo rojo de mi sangre!

Sintiendote cada vez más cerca, me emociono hasta quebrarme en mil pedazos de delgados filamentos, que flotan con tu aliento. Es así como te siento, es así como te respiro latir tras latir de mi corazón. Vida es para mi lo mismo que para ti. Me planto en el lugar donde tu desees. Me desvanezco cuando tu quieras llevarme a escondidas por lugares prohibidos. Te doy mi existir, agradecidamente para ti. Es así como me siento. Es así como solamente hablo sobre ti. Deseo tenerte entre mis brazos y que sientas el fluir de mi espíritu, que vive para ti. Es así como te siento. Es así como me das esperanzas. Es así como con dulce sonido de acorde te interpreto dentro de mis esperanzas.

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es inevitable descartar las posiblidades que el amar nos entrega. Una de ellas, la esperanza linda hermosa.