El viento soplo lo que pudo
arrastro las ojas del abedul
arranco petalos de las flores...
pero mis penas no se llevo.
La lluvia humedecio la pradera,
hizo mas fertil el jardin,
hizo florecer cada cerezo...
pero tan esteril segui aqui.
Finalmente aparecio un Angel
sin alas, sin arpa ni trompeta,
pero el sí se llevo mis penas
el sí me lleno de amor.
Texto agregado el 30-12-2004, y leído por 153
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