Hoy es 30 de diciembre de 2004, mañana será 31 y pasado 1ero. de enero de un nuevo año.
En la nostalgia que estas fiestas ocasionan me pregunto: ¿Que es lo que realmente celebramos?. Será acaso la bienvenida de un año nuevo, o la despedida de un fin de año?
Imagino que hoy no tan sólo yo estoy pensando en esto, quizás son muchos los que pasan por este momento, que se hunden y se ahogan en el recuerdo.
La reflexión de lo vivido y lo pasado, nos provoca la angustia del quizás darnos cuenta que hemos perdido algo, la impotencia del sentir que no hicimos algo, o el desencanto por haber hecho algo que no nos fue aceptado. Son algunas de las tantas cosas que quizás nos ponen tristes, y que sentimos, y vivimos durante el 2004.
Entonces esta reflexión se transforma en sentimientos que nos hacen sentir presente el deseo loco de intentar borrarlo todo, borrar tantas noches de desvelo, de caminatas interminables, de latidos acelerados, de un pecho apretado, y de lagrima, de muchas lagrimas.
En el consiente tratamos de salir a flote buscando entre los recuerdos algo que nos consuele, tratamos de ser fuertes y de pensar en los momentos que fuimos felices, allí aparece una mano amiga, que puede ser la de un niño, la de un anciano, o la de un padre, recordamos el más tiernos de los besos, entonces comenzamos a reír de nuevo, nuestros músculos se relajan, y respiramos hondo para tomar mucho aire y comenzar de nuevo.
Debemos quedarnos con el mejor de los recuerdos, y por mucho que lo deseemos, debemos aceptar que no podemos borrar lo pasado, pues, ya ha sido dibujado y estampado en nuestras memorias y en las de quienes han participado.
Luego de amargos recuerdo, pensamos en el año nuevo, atinamos con un violento pero seguro: “La vida continua, este año lo comenzaré de cero”, tomamos una nueva actitud proyectándonos al futuro, nos proponemos metas, soñamos e imaginamos el logro de cada una de ellas.
Entre nuestros pensamientos quizás nos aflige uno muy pequeño, que es el sentimiento de temor y de miedo. Desconocer el futuro asusta, pues de ninguna manera queremos repetir lo que nos ha hecho sufrir en otros tiempos.
Cuándo lleguen las 00:00 de la noche en la que termina el 2004 y comienza el 2005, alzaré mi copa y celebraré, ¿Porque?... Aún no lo sé.
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