Locura vestida de mujer,
Incoherencia soltada por la fina boca de la musa de muchos
Cabellos al aire,
Vestido ligero, sin mucho compromiso,
Te paseas cantando,
Tus dedos rozan las rejas de las olvidadas casas
Mientras marcas tu paso delicado.
Te miran, te admiran, te desprecian
Pero tu no sabes nada,
Tan solo caminas,
Dejas tu belleza depositada en la noche.
Te paras en la esquina, miras al cielo, suspiras
Levantas tus manos y gritas
Lloras, maldices odiando al de arriba.
Con la cara inundada de lágrimas
Te acurrucas en tu jardín,
Adornas con una flor tu pelo
Y mantienes una larga plática contigo misma.
Tus ojos se cierran,
Salen tus sueños o más bien pesadillas
Que acarician el fino hogar de tu locura,
Aumentan las ganas de gritar,
De cantar, de odiar.
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