CAPITULO 2: UN EXTRAÑO CHICO...



Hacía ya una semana que Amy vivía con su abuelo, y en ese tiempo, se había operado en ella un cambio, recuperando paulatinamente su alegría de antaño, a pesar de eso, todavía se comportaba como una persona solitaria. Su abuelo pensaba meterla en una escuela cuando terminara el verano, pero mientras tanto, Amy se pasaba todos los días paseando por el pueblo, buscando algo nuevo con que entretenerse. Ese día había hecho un poco mas de calor que los días anteriores, pero eso no la desanimaba en lo más mínimo.
Al llegar a una esquina, vio algo de lo que no se había percatado en la semana que llevaba de vivir en Lion, era una tienda pequeña, pero en la vitrina se exhibían una variedad enorme de panes y pasteles, de repente de la tienda salieron corriendo cuatro niños, y el dueño detrás de ellos.
¡¡¡Cuantas veces les eh dicho que esto no es un restaurante!!!! –gritaba enojado el panadero.
Uno de los chiquillos le aventó una bolsa a Amy, quien la recibió confundida y sorprendida, ella no se dio cuenta en que momento un oficial con su brillante insignia plateada se paro enfrente de ella.
Muy bien jovencita, creo que tendrás que acompañarme –dijo en tono serio el oficial.
Pero...pero si yo no eh hecho nada –respondió turbada Amy.
No creas que no me eh dado cuenta que tu eras cómplice de esos chiquillos –vocifero el policía –si ellos te arrojaron una bolsa para que tu también salieras corriendo.
No, eso no es verdad –contesto Amy –yo solo pasaba por aquí y...
En ese momento un joven se acerco corriendo al policía y le comento que habían asaltado a una señora. El policía se dirigió hacia haya no sin antes decirle a Amy que se quedara, ahí. Como era de pensarse Amy no hizo caso y se fue por una calle aledaña, momentos después el mismo joven empezó a caminar a su lado.
Viste de qué forma engañe al policía –dijo el joven.
Amy no contesto nada y siguió caminando más apresuradamente.
Oye, ¿por qué no me respondes? –Pregunto – por lo menos podrías decirme gracias.
Amy se paro en repentinamente y lo volteo a ver con expresión enojada.
¿Quieres saber porque no te respondo? –Le pregunto Amy –porque es de mala educación hablar con alguien a quien no te han presentado, como puedes hablarme si ni siquiera sabes quien soy.
El joven se quedo callado viéndola fijamente, y le contesto en tono de burla.
Hablas como mi abuelita.
¡¡¡Eres insoportable!!! –contesto Amy, mientras doblaba en una calle.
El muchacho solo se quedo parado, preguntándose él porque de su enojo.
Amy llego con su abuelo justo cuando comenzaba la función de la tarde, y no teniendo nada mejor que hacer, se quedo a verla, pensó que después de todo sería una ventaja el hecho de que su abuelo fuera dueño del cine.
A pesar de lo animado de la película, Amy, estaba todavía un poco molesta debido al incidente de la tarde, lo que mas le enfadaba de ello fue la libertad que se tomo el chico para ayudarla sin siquiera preguntarle si necesitaba su ayuda.
Todavía no había terminado la función, pero Amy se sentía demasiado enojada como para terminar de verla, subió a su cuarto, y se quedo viendo la luna que se reflejaba en el mar, era un espectáculo muy hermoso, el cielo salpicado de estrellas, como si estas estuvieran bailando alrededor de la luna. Estuvo un largo rato observando a través de la ventana, hasta que se quedo dormida.
Al día siguiente, Amy estaba cansada y no podía olvidar el incidente de la panadería. Su abuelo estuvo fuera toda la tarde, y ella se dedico a ir de un rincón a otro dentro de la casa, entreteniéndose con los extraños dibujos de seres fantásticos que tenia su abuelo en el estudio, con el chistoso horno donde se cocinaban los pasteles y de vez en cuando las galletas, como ya había explorado toda la pequeña casa, que hasta ese momento no se había dedicado a observarla, y como no encontró algo realmente novedoso, no teniendo nada mejor que hacer subió a su cuarto y se sentó en la ventana, estuvo cerca de media hora, viendo como la gente iba y venia por la calle, sin mostrarse preocupadas de lo que pudiera pasar, pareciera como si nadie aceptara el hecho de que en cualquier momento, la vida puede cambiar completamente como le había pasado a ella, un extraño sentimiento la hizo ver hacia arriba, y sorprendida vio como una pequeña cuerda colgaba del techo, se levanto lentamente y con ayuda de una silla pudo alcanzar la cuerda, le daba curiosidad saber que era eso y sobretodo porque estaba ahí, jalo fuertemente y una escalera empolvada se deslizo hacia abajo, Amy quedo sorprendida ante tal descubrimiento y sin perder el más tiempo, se decidió a subir, entre las oleadas de polvo que salían de la entrada.