Es tan bello su rostro. Es tan cálida su compañía. Es tan agradable estar a su lado y sentir su calor, su olor, sus risas, sus sonrisas, sus miradas, sus bromas, sus cabellos, su amistad... pero no me mira.

No me mira, no pretende observar mi corazón. Desde el jardín lo contemplo, pero no quiere venir a mi ventana. No me mira.

No se qué hacer. No puedo decirle... mi alma es muda y goza en silencio. No puedo creer que no me mire el alma. No puedo soportar que no me escriba palabras de agradabilidad. Mis nervios estan entrelazados como nubes eternas que rojas son, al ponerse el sol. La oscuridad las llama, y siempre son grises desde las alturas, y yo las miro... queriendo que me sirvan de puente entre tu y yo. Miro cada instante el cielo, pensando que desde arriba me contemplas, y que sabes mis sentimientos. No me calmo. Mi estrés me tiene loco, me convirtió en un velo flotando al viento del mediterraneo. Pretendo ser un ave, y volar a tu nido, para verte y disfrutar tu compañía, pero no me miras las alas.

Escucho de ti palabras que me alegran, palabras que me hacen vivir temblores a cada instante. Vivo en mi interior una compasión del tablero del juego distante de la lentitud. No puedo aguantar esta presión. Me libero en cada pensamiento, pero no me miras, y no me respondes al llamado que hago a todo pulmón desde las tinieblas de mis pesadillas. Pero no me miras la abstracción.

Trato de imaginarte sentado a la diestra de mi trono. Trato imaginarte, pero no me miras los pensamientos. Quiero gozarte, pero no te encuentro, y no se dónde estás, o qué harás a estas alturas de la mente. Pero no me miras las intenciones.

A cada momento me lloro una tormenta. Todo segundo parece ser una inmensa desesperación. Miro tus fotografías, pero no me miras los ojos. Lloro sobre tu retrato, pero no te mojas, y no me miras la densidad de mi mirada. Te río, pero mi sonrisa se pierde entre tanto llanto amargo... no me miras.

Horas y más allá del tiempo espero, sentado, siempre sentado, en tu lugar, en tu asiento. Pero no me miras la abnegación. Me compadezco de mi insignificante significado para ti. Me enorgullezco de que seas mi maxima lealtad. Me cuido de ti, y tu no te cuidas de mi, por que no me miras.

-------------------------------------------------
tan solo un sentimiento; el límite más delgado, pero el más importante; amor no recíproco.
la pena del observador que finge una risa de payaso... para ti