Recorrer un camino
lleno de espinas,
saltar esa trampa
que no nos deja pasar,
almacenar en un cajón
todas mis pesadillas,
solo si merece la pena
permanecer de rodillas
ante un oscuro callejón
como llamamos a la melancoía
de saber que no existe...
existiendo contra toda razón.
Rechazar los sabios consejos
de aquel que ya vivió
como si una treta fueran,
realzar el crazón
ante el suspiro de la razón
¿acaso fui yo quien abrió esa puerta?
Y no nos queda tiempo para parar
lo que el azar nos dió
pagado con 30 monedas de plata,
no es mas esquiso aquel que robó
un beso a rastras
y contagió esa maldición
que el mundo maltrata.
¿caminar?
una posibilidad...
Pero solo si merece la pena.
Texto agregado el 29-12-2004, y leído por 148
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