Estoy escribiendo esto después de nuestra conversación telefónica, parece que tenías suficiente saldo en tu móvil, una hora y veinte minutos es demasiado tiempo, aunque parece que en realidad te agrada charlar con alguien como yo, bueno, no sé si realmente te agrada escuchar lo que pienso, pero da igual, creo que te parezco interesante, (en realidad lo soy?) No lo podría averiguar, a nadie le interesa, piensan que estoy loco o algo por el estilo, tú ya lo sabes. Bueno, está bien, tal vez tenias dinero, y lo invertiste en la tarjeta prepago, y tal vez lo desperdiciaste hablando conmigo; ahora no tienes (supongo) y deberías de tener, aunque a veces es bueno no tener plata.
Aunque digo cosas pequeñas y tontas, es solo por vergüenza, pues es de corazón, tal vez tú seas la única persona que me escucha, y cuando colgué el teléfono me sentí absurdo, culpable, simplemente porque tome la guitarra y comencé a tocarla. Pero que mierda por Dios! En realidad me sentí solo de nuevo en la habitación, en silencio, con todos esos zancudos y la luz tenue con un maldito sentimiento de culpabilidad, no se si realmente me volverás a llamar, aun recuerdo el chiste del mal chiste, quisiera expresarme, decir todo lo que siento, pero cuando colgué el teléfono sentí que fracase. Esto afecta todo: a ti, a mi, a todas las maneras en que se enrosca el humo, quien sabe? Andrea creo que tienes que saber esto: básicamente no soy un poeta, y mi forma de pensar es debido a todo lo que leo, borrachos sin remedio, putas sin consuelo, waw! Y dices que no tengo basura en el cerebro, bueno eso no importa realmente, solo me doy cuenta que las personas son malas y que el mundo es malo y nosotros estamos acá, entonces lo que trato de decir es que la poesía que escribo, bueno mas que todo supuesta poesía, es tan solo una décima parte de mi, lo demás esta sobre el muelle vomitando maldiciones baratas. Me gustaría tener otra clase de vida, una familia unida, ser alguien por decirlo normal, sufrir de otra manera, tal vez una manera clásica, componer una canción que dure medio siglo o algo así, pero no estoy aquí, desgastado, golpeado y escupido hasta la nulidad de mis brazos, ojos y dedos, escribiendo esta carta esta noche, mientras tengo que amarrarme el alma al cuerpo, luego de escuchar tu voz en el teléfono.
Merezco morir, espero a la muerte como un halcón engalanado que con su pico y su canto y sus garras busca mi sangre enjaulada, suena lindo, pero no lo es. La poesía que es parte de mi, es realidad aparente, lo que escribo es bosta basura y saliva, muchas personas esperan mucho de mi, mi hermano, mi madre, mi tía, quieren verme como un profesional, quien sabe? Tal vez un arquitecto, un ingeniero, un medico. Pero no un escritor, que se va a morir de hambre en cuartos sucios, con olor a muerte y meados. Esperan demasiadas cosas de mí, muchas, muchas. Y pienso: Dios mío, me falta toda una vida por recorrer, que es lo que me espera?
Es increíble tengo 16 años, no soy un genio para el estudio y escribo cosas que nadie imagina y que a nadie lo gustaría leer, tengo un cerebro con pensamientos ahí dentro, pensamientos que nadie espera que estén guardados en mi mente a esta corta edad. Soy un joven, debería vestirme adecuadamente, escuchar esa maldita música que hay en la radio, ligarme chicas bonitas, ser popular, pero no soy todo lo contrario. Soy como una sombra que camina por las calles, las chicas que me gustaban me mandaron al carajo, pero no me preocupaba, ya era de esperarse hay que pensar las cosas por adelantado, me visto mal y esperan demasiado de mi.
No sabes lo importante que fue tu llamada para mí, aunque te debo haber parecido torpe, atolondrado y estúpido, pero me gustaría que me volvieras a llamar, porque a veces necesito alguien quien me escuche, alguien con quien pueda desahogarme, aunque no quiero que las pocas personas como tú sean heridas por Luis Edgar Villagrán Ovando el vomitador y ahora me siento mejor, respire por un momento sin dolor, eso que los maricones llaman angustia, todo esta bien, ya que todos son cobardes al enfrentarse ante la realidad, huyen del campo de batalla y se preguntan: ¿Qué es la vida? Oh! La vida: si! La vida, ese otro nombre de la muerte. Pues no es la falta de aire, luz o espacio, amor lo que nos incomoda: es esta picazón que pusieron en nosotros que nos hace preguntarnos que carajo estamos haciendo acá por esas pocas cosas, como una llamada desde Guatemala a las 4:38 de la tarde, la verdad no sé es tan triste, pero si todo se arreglara con mi llanto enfermizo todos nos ahogaríamos en mis lágrimas enfermas, pero no se que hacer ante todo esto.
Este asunto de la poesía realmente es el peor de los cursos, te descontrola y hace otras cosas contigo si lo tomas demasiado en serio como yo. Hay otros modos de enfrentar la vida, quienes lo hayan hecho así tal vez no sean el mejor ejemplo. Todo es azar y mierda y el golpe del viento y por favor perdóname por las malas palabras y por el e-mail donde te dije que me gustabas, bueno y aun parece que me sigues gustando, perdóname de nuevo, porque sé que me vas mandar al carajo, pero como lo había dicho: hay que pensar las cosas por adelantado. Quizás este perfectamente loco, debes saberlo y uno se puede reír cuando uno no da o intenta y yo digo adelante: versos, amor, vida o muerte, gracias por seguir, y yo seguiré pues no me queda de otra.
Y no me odies por toda la mierda que te acabo de escribir pues parece que no tiene sentido, puede ser que sea mejor que esos chicos que arrastran sus almas por los tobillos, que el amor o toda esa porquería que hay a nuestro alrededor… pueda ser que sea mejor que nos convirtamos en monstruos de gestos en vez de realidad, y muy pocos de nosotros pueden soportar o la realidad o la vida.
P.D. Gracias por llamar y escucharme… Pero fuiste un sonido en la oscuridad y olvídate de las comas y de esta charla estilo libre… es tan raro escuchar un sonido en la locura….
Luis Edgar Villagrán Ovando
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