Los vi llegar felices,
con una caja llena de sueños y esperanzas...
Hoy los veo partir,
van contentos, mas yo sé que ninguno lo está.
Pusieron parches para tapar las heridas,
pero no se dieron cuenta que era demasiado tarde,
sus llagas ya habían maximizado,
a tal punto, que resultaba imposible ignorarlas.
Tristeza era lo que sus débiles corazones sentían;
sin embargo, las fuerzas de sus espíritus nacientes,
impedían la emanación de cualquier frustración...
prefirieron... callar el dolor...
Inconcientemente...
mataron los sueños
y amarraron los temores,
perdiendo así... la conciencia misma.
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Temor, Conci, Inco, Niña, Neuronas, Chiqui, Pablito, Miguel, compañeros de las tablas... los quiero mucho.
Este poema lo escribí mientras ustedes dormían en el bus que nos trajo de vuelta de la que fue nuestra última actuación.
SUEÑOS
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