Vibraciones en el aire que se codifican en sentido cultural y generan un proceso interno como el abrir una compuerta de la represa más grande del mundo y cuando el mundo eres tú y el agua tus sentimientos, son palabras telúricas.
Fuerza, fuego, agua, toda la naturaleza se vuelca en implosión contenida por la atmósfera de la piel. Para bien o para mal existe un hoyo en la capa de ozono por donde dejamos entrar las filtraciones de quienes nos rodean.
Es así como los ríos van generando surcos que nos marcan la piel. En mi tierra hay dos fuentes de agua pura, que de vez en cuando purifican el ambiente interior. Hay también un bosque virgen que mantiene el aire limpio pero está muy expuesto a la contaminación externa, y aunque sus habitantes no contaminen, se van muriendo de a poco, generación tras generación.
Es un mundo en caos, es un mundo en paz. Las guerras lejanas han llegado a la piel. Han podido entrar algunos refugiados, existe el mal de la caridad. Han colonizado sectores inexplorados. No hay un gobernante, sólo la vida, no hay dios, sólo habitantes. No hay verdad, sólo verdades irreales.