La vida es una incógnita, y yo, derrochadora de insignificancia, no sé cómo reflejarla en mis textos.

Podría tomar muchos caminos, pero son demasiados, y al final acabaría superándome igualmente. Actitud derrotista, lo sé, pero no me importa en absoluto. A veces reconocer es una prevención estupenda.

A pesar de la muralla de interrogantes que se yergue ante mí, no siento miedo. Sólo la indecisión es una constante, pero es algo a lo que estoy obligada a pasar por mi condición de "usuaria" de la vida. Actitud conformista, lo sé, pero no me importa en absoluto. A veces aceptar es la mejor opción que se tiene.

Estoy desnuda, tanto para actuar, como para reflexionar sobre los hechos. La desnudez también tiene su parte bonita: es la simulación de libertad más perfecta que podría existir. El resto serán ilusiones decepcionantes. Actitud soñadora, lo sé, pero no me importa en absoluto. Soñar es siempre lo que nos mantiene vivos en esta gran incógnita.