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Contrario a otros meses,diciembre posee una magia que me impulsa a darle la bienvenida a la vida.
Este año, asistí a una tradicional misa de aguinaldo. Al concluir la homilía, el cura pidió escribir un deseo para la Navidad. Mientras la gente escribía, observé con agrado cada rostro. Simpática ocurrencia, pensé y aunque mis deseos eran absurdos, escribí el primero que asomó por mi mente; dejé el papelito en el altar, y me retiré. Pero al salir de allí, sentí que una música conocida me perseguía. Intenté definir la melodía, pero solo logré balbucear una canción que estaba de moda en la radio. En el camino compré el arbolito de Navidad. Llegué a casa y tomando unas escaleras, comencé a decorarlo.Colocaba bombillitas, ángeles, estrellas y campanas cuando una vecina tocó a la puerta. Siempre he detestado las interrupciones, pero el mensaje de paz en la misa me obligó a tomar la interrupción con “alegría navideña”. Había venido a decirme que mientras estuve fuera, escuchó unas voces en mi jardín. ¡Ten cuidado hija! Le di las gracias,y la tranquilicé diciéndole que todo en la casa estaba bien. Seguro serían imaginaciones de ella, pensé. Regresé con el mismo entusiasmo al arbolito y no bien iba por el tercer escalón, sonó el teléfono. Respiré hondo;esta vez el mensaje de misa comenzaba a perderse en los abruptos de mi carácter irreligioso. ¡A quién se le ocurre llamar a esta hora! !Basta que me ponga hacer algo para que comiencen las llamadas! Dejé las luces colgando de una rama, y aunque entre malabares intenté impedirlo, algunos de los adornos rodaron por el piso.

_Aló,contesté un tanto molesta.

_ ¿Hablan de la casa de Andrés Rey?

Un escalofrío me recorrió el alma al escuchar aquellas palabras. Carraspeé y un poco perturbada le contesté:

_ No señor, es la casa de la hija , pero …

_ ¡Cierto! , disculpe mi torpeza, es que me dieron su teléfono porque necesito contactar a su papá con urgencia.

El corazón se me quiso salir de sitio; comencé a temblar de pies a cabeza y mi cara se enrojeció por el mal rato.

_ ¿Es que no sabe usted que mi padre falleció hace tres años? Le dije entre molesta y afectada por la emoción.

_ Sí señorita, cálmese, sé que su padre murió. Yo fallecí un año antes que él; déjeme explicarle. Cuando su papá murió, lo primero que hizo fue organizar un grupo de parranderos entre los amigos que habían fallecido... No lo dejé terminar y le colgué. ¡Este hombre estaba loco! Una crisis nerviosa se apoderó de mí; el teléfono sonó nuevamente y al escuchar la misma voz, le grité con fuerzas: ¡Déjeme en paz, no llame más! Tiré el teléfono y lo dejé desconectado. La emoción me debilitó las piernas y no tuve otra que echarme al suelo a llorar. Estaba sola. Deseaba llamar a alguien pero qué podría decir, cualquiera pensaría que estaba loca! ¡Qué broma era esta, por Dios! Cómo se presta la gente para… Escuché el timbre de la puerta.Traté de recomponerme. Fui al baño. Me eché agua en la cara e intenté simular la crisis. Abrí. No encontré a nadie. ¡Travesuras de los muchachos del barrio! Nada podría incomodarme ya. La llamada fue el colmo. No permitiría que eso me arruinara el espíritu de Navidad. Recogí los adornos que se habían caído y subí las escaleras. Entonces la misma música que sentí después de la misa se inyectó en mi oído; esta vez con mayor intensidad. Pude distinguir ciertos instrumentos. ¡Sí, era la melodía de un *cuatro! Seguí decorando al son que me ofrecía. Pero el sonido de aquel instrumento se intensificó de tal modo que las ventanas empezaban a vibrar. Estaba atónita. Sabía que nuestro cerebro graba imágenes, sonidos, palabras, colores, hasta sensaciones inmateriales pero aquello era insólito. Aquel volumen, aquel estremecimiento en la música era tal que juraría que un conjunto de cuatros tocaba en mi propia sala. Fui al tocadiscos y apreté todos los botones. Nada sucedía. Estaba desesperada. ¡Pero qué es esto! ¿Acaso hay fantasmas en esta casa? Al decir aquello recordé la llamada; mi corazón dio un vuelco. ¿Será posible? Papá, ¿estás aquí? El cuatro sonó más fuerte, ¿Papá?; se unieron un guiro y unas maracas. ¡Papá!, grité emocionada. Los demás instrumentos se integraron y unas voces cantaron un villancico navideño;me sentí confundida, pero cuando vi una de las tantas fotos que tengo de él, sentí su presencia en medio de la sala. Entonces comprendí ¡ Papá había venido a cantar su música de Navidad conmigo! Intuí que se había sentado en el mueble principal. Me senté a su lado y ambos comenzamos a cantar. Nuevamente el escalofrío. Mis lágrimas se acentuaron;me encontraba sumergida en la magia de saberme junto a mi padre,cantando una de las canciones que él me enseñó de niña…¡Alegre vengo de la montaña...de mi cabaña, que alegre está...¡El deseo que había escrito en misa se convertía en realidad!

El sonido del teléfono me hizo brincar del susto. ¡Esto no es posible, lo había desconectado! Temblando, con el rostro inundado de lágrimasy la voz entrecortada contesté: Diga…

_Sé que debe estar afectada, pero por favor no me cuelgue, solo contésteme si su papá pasó por ahí…Lo necesitamos acá para una parranda...

No le pude contestar; el llanto me había nublado las palabras.

_Oiga, señorita, aló, aló…


©Vilma Reyes,2004

* El "Cuatro"-Instrumento Nacional de Puerto Rico, tiene influencias de las 3 razas principales que componen al puertorriqueño: españoles, negros e indios. Originalmente, tenía 4 cuerdas, (de ahí el nombre "cuatro") pero ha venido evolucionando, hasta tener 5 pares de cuerdas (10) actualmente.

Texto agregado el 25-12-2004, y leído por 462 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
03-11-2006 ME emociono. Fantastico! lord_useless
23-01-2006 Señalas la ruta y hay que seguirla. No hay medias tintas...qué buen texto. aukisa
26-12-2005 Muy impresionante el relato, pero rico que un deseo como ese pudiera hacerse realidad. Siempre tendrás a tu padre tan cerca como lo añoras. Se siente ese amor.... Lindo... Abrazos. ctapdb
05-01-2005 Hermosa narraciòn, con la sensaciòn tan particular que le das a los sentidos cada vez que te leemos. Un fuerte beso. carloel22
30-12-2004 Muy bueno. Emociona y se lee de tirón¡¡¡FELICIDADES!!!! Un abrazo y ***** graju
30-12-2004 Muy bueno. Emociona y se lee de tirón¡¡¡FELICIDADES!!!! Un abrazo y ***** graju
30-12-2004 Bonito cuento de Navidad... sucedió en Diciembre, pero estas cosas pueden pasar en cualquer momento. Me gustó. Saludos. luna-lunera
28-12-2004 Excelente, me entretuve de principio a fin.Muy bien narrado. Mis 5* y felicitaciones. jorval
26-12-2004 Un cuento que nos trasmite un sin número de sensaciones, recuerdos, sentimientos; y es también un cierto homenaje a un ser muy especial. Un beso y felicidades Shou
26-12-2004 Hermoso... Un abrazo * neus_de_juan
25-12-2004 Desde luego tiene magia y suspense, he disfrutado leyendo barrasus
25-12-2004 Logras con tu cuento captar de inmediato la atencion del lector. lo metes en tu mundo de afectos y recuerdos, lo haces partícipe de tus enojos, tus quehaceres y luego le enseñas el amor que le tuviste a tu padre y todos deseamos saber de él.. sobre todo los efectos del telefono, los timbrazxos y la música, que es como se te hace presente.. es un excelente relato lleno se sensaciones y de un profundo amor a quien en vida fue la persona que te enseño el amor a la vida.. quiza, el final se pueda mejorar... un beso y un abrazo ruben sendero
 
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