En el viejo parque
los cabros del liceo
juegan a empaparse
con la manguera verde
que han arrebatado
al jardinero entrado en años.
En el parque también hay
una cúpula violeta.
El porte frondoso del jacarandá
se disuelve en el cielo
-que está azul esta tarde-
y refresca los sentidos tenazmente.
Los muchachos y muchachas gritan, ríen
se descubren la piel de verano
Y descubren que tienen
olores
sudores
sales
aromas íntimos
Y se mojan para redimir
toda esa sed de roces evaporando.
La tarde cede
mientras la avenida
continua –impávida- conduciendo auto-móviles.
El parque se desnuda de habitantes
pero el jacarandá azul no va a ningún lado
y se disuelve violeta en la noche
que lentamente lo abraza.
Los chicos ya se han ido
nosotros también.
Pero nos fuimos antes, huyendo de la manguera verde.
Y el parque quedó a oscuras
Con los perros vagos
Y tantos que lo habitan entre cartones
Aunque el pasto este mojado.
Texto agregado el 24-12-2004, y leído por 148
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
27-01-2005
hermosísimo rosa, esos jacarandá azules, ese pasto, esos aromas a juventud. Me encantó, Mis estrellas para ese colorido y aromado retrato. Magda gmmagdalena
12-01-2005
Has descrito un espacio con sentimiento y parece vivo dentro del poema... Magnifico Zadig
28-12-2004
Qué bello cuadro has pintado... hasta los cartones y sus habitantes, destacando la contraposición de lo triste a lo bello. Un abrazo * neus_de_juan
24-12-2004
me gustó mucho el escrito. casi tiene tiene el gusto de una acuarela rebosante de sensibilidad. buhonero
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