La Susodicha

Casi con seguridad, usted creerá que ha conquistado los favores de “la susodicha”por sus indudables dotes varoniles, unidas a la segura insatisfacción de la que es culpable un marido desatento y brutal.

Lamento contrariarlo,utilizando un giro idiomático común en la patria madre que nos parió: “Ni lo uno ni lo otro”. Los vericuetos que el alma de la susodicha utilizó para hacerle a Usted un lugarcito, son –para todo mortal varón- absoluta y perpetuamente inaccesibles. Mas aun: Si usted pudiera conocer íntimamente al “doliente” marido de “la susodicha”, vería con asombro cuan parecido es a Usted mismo, al igual que su relación con la susodicha lo es con la que usted mantiene con “La Patrona”. A su vez,patrona y susodicha a menudo se parecen como dos gotas de agua,dando lugar al planteamiento del conocido apotegma: “Otra vez,sopa”conque solemos referirnos a tales similitudes.

Los nexos que unen a Usted con la Susodicha – con quién, por lo general, no comparte patrimonio, ni amistades, ni vida social- son igualmente indefinibles. “Es buena” ó “es Muy Dulce” son eufemismos que ocultan un total desconocimiento de las virtudes y bajezas de la Ninfa, la que, a su vez, se guardará muy bien de demostrar aquello de lo que es capaz, limitándose a practicar con esmero “aquello” que parecer ser el único motivo valedero del encuentro.-

Usted, por su parte, dejará de lado sus –habituales y no poco fundados- temores acerca de sus capacidades amatorias, y emprenderá el tema como si fuera la “última posibilidad reproductora de la humanidad” pero evitando a la vez y por todos los medios que tal situación procreativa se produzca. Así, cada consumación se encerrará un verdadero contrasentido: Empuje excesivo, disposición extrema y consumación externa (o insaculada).
De vuelta en casa, tanto usted como la susodicha, cansados por el esfuerzo y ante el requerimiento de la patrona o del doliente, respectivamente, repetirán el evento en forma opuesta: “Empuje mínimo, disposición básica y consumación “in situ”. De tal manera, ,las mejores disposiciones amatorias de su vida caerán en “saco roto” (que para el caso será sano) y las peores serán las que tendrán mayores posibilidades de viabilidad, con lo que la prole devendrá indefectiblemente débil, desganada y confusa, situación que –tanto usted como la patrona, el doliente y la susodicha atribuirán a “la influencia nefasta de la televisión” a “las deficiencias del actual sistema educativo” y “a la computadora”, dada la generalizada costumbre de nuestra estirpe de eludir y transferir las propias responsabilidades.-
Las virtudes amatorias de la susodicha, sometidas al incesante reclamo de Usted, lograrán momentos de tal intensidad, como las suyas sometidas al incesante requerimiento de Ella, lo que otorgará a la situación temperaturas imposibles de transcribir en palabras.
Los sitios y momentos elegidos para tales encuentros serán producto de la necesidad, de la imaginación... y de las posibilidades económicas de Usted, ya que la Susodicha –por regla general- solo aportará “sus encantos”, ventaja que ella aprovechará para medir la continuidad del interés de Usted, al “no reparar en gastos” con tal de poseerla.
Cuando a Usted comience a pesarle en su economía el dispendio, será el peligroso momento en que pueda llegar a pensar en adquirir un “nidito de amor” que suplante con razonable economía el costo de albergues, posadas, hoteluchos y piezas donde –hasta entonces-debió consumarse el connubio.
Mal momento para Usted, si se decide por esta opción, ya que será –casi con seguridad. El momento en que la “Susodicha” completará el ciclo, descubriendo de una vez y para siempre lo malo, vulgar, desatento e insoportable que es “el doliente” y la extrema e imperiosa necesidad de “mudarse” al nidito, blanqueando así la relación que hasta ese momento era “oculta” (tan oculta como un grano en la punta de la nariz) y por ese artilugio,”legalizando” su relación con Usted.
Si para entonces, Usted no lo había advertido, observará con espanto que
La susodicha está a punto de convertirse en “patrona” de Usted; que Usted está a punto de convertirse en potencial “doliente” y que –a poco de andar- La muchacha será “ susodicha” de vaya uno a saber quién en tanto que su “patrona” y “el doliente” pasaron a esa interesante condición de “separados” o “solos” que indefectiblemente los reinsertará en el mercado amatorio con reconocida ventaja sobre aquellos que –al igual que Usted- quedaron atrapados en su propia trampa.-
De manera que –si en algún momento- la “susodicha” le manifiesta tímidamente su preocupación por “lo mucho que gasta Usted en albergues” y le propone,casi como en un susurro, ocupar una casita de bajo alquiler,cuya propietaria –señora viuda a la que ella conoce- la cedería sin garantía ni anticipos, alegue “indisposición transitoria”, desaparezca de la escena y múdese con su “patrona” revalorizada y feliz,al Congo o a Alaska,cámbiese el apellido y dedíquese a la caza de escorpiones u osos blancos en celo,ocupación menos peligrosa que andar “apatronando” susodichas de otro.-

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