Y me pregunte como hacer un buen cuento ... era mi ultimo día como cuentero en aquel palacio, ya había acumulado muchas monedas de oro por mis fabulosos relatos y ahora cuando me faltaba solo uno para poder regresar a caminar por el mundo, no tenía ni una sola idea. Llego la noche y estuve enfrente del Rey y toda su corte, se veían ansiosos, algo expectantes por escucharme. Recordé entonces, que en Oriente además de los eunucos de Ala y todas sus serpientes, pude ver a un hombre y a su soledad, y empecé a hablar....

....Un día un hombre rico decidió enfrentar a
su soledad, la miró a los ojos y la echó de su
vida, la soledad no dijo ni una sola palabra y
se fue sin cerrar la puerta del salón del
tiempo donde se encontraban. El hombre
salió al mundo y conoció a una muy
mujer hermosa, para el; la mas hermosa que
jamás piso la tierra y valla si era hermosa
esta mujer; tenia unos hechiceros ojos
negros, labios de fresa y piel de
melocotón y el hombre rico se enamoró
profundamente de ella y se propuso conquistarla ... paso el tiempo y se hizo amigo de aquella mujer. Tenían muchas cosas en común y creían conocerse de tiempo atrás .... por fin, después de mucho insistir, la hermosa mujer acepto casarse con el , y así fue, se casaron y la boda fue una de las mas espectaculares que hubiese en todo el reino y aquel hombre compró un enooorme castillo, con enooormes jardines y salones , enooormes habitaciones y enooormes cuadros y floreros para allí vivir. Compro también los mejores carruajes para transportarse, compro los mejores hijos, los mas bellos e inteligentes y compro criados, los mas virtuosos ..... pero llegó el invierno y aun con todo aquello que poseía no podía sentirse feliz. Las manillas del reloj se movieron sin piedad y el amor que sentía hacia su mujer y sus hijos se cayó como la torre de Babel, y el orgullo que le producía su dinero, se derrumbo como un castillo hecho de galletas. Devorado por el viento y las estaciones, también sucumbió aquel hombre rico, no creía tener historia en este mundo y abandonó a su familia por su causa de la inaguantable apatía. Siguió a la luna y caminó por el reino y la espinosa maleza lo dejo casi desnudo y con la vista enferma, pero él, gallardo, áspero aun ante la misma adversidad, seguía en pie y caminando mirando a la diosa luna silbaba bajo para no molestar, ella era su guía. Fue un día que después de haber salido ileso de una riña entre su mandrágora voz y su ahora insulsa razón, encontró el salón del tiempo, subió las escaleras por inercia y allí se encontró con su soledad, se abrazo a ella y después de verse a un espejo en el cielo, entendió su destino y descansó para siempre de la mano de ella, su soledad, el no era mas que su compañía...

...Bravo!!, Bravo!!, Bravísimo, gritaba eufórica la corte, pero del trono se paro su majestad y el salón quedo en un helado silencio. - que buena historia nos has contado- dijo el Rey – pero como es posible que dicho hombre tuviera tan mala fortuna? - El no tenia mala suerte mi Señor – repuse – el solo cumplía con un mandato, el mandato que Dios le había otorgado desde antes de ser concebido, el debía acompañar a la soledad siempre, y por ello al encontrarse con ella en la adversidad descanso . Alguien tenia que acompañar a la soledad, no era justo que todos tuvieran a alguien menos ella .

El Rey me miro fijamente, y mando a abrir las puertas del gran salón, y yo era libre una vez mas.

Comentarios, madrazos, etc. a saynomore2@hotmail.com