Ella baila y canta sin parar. En el paraíso costero, su cuerpo se prepara para liberarse. Lentamente se saca el sombreo. Nadie la ve, solo está ella y su fantasía.
Gorda y sedienta de amor, busca con desesperación controlada nuevos horizontes, que le guíen por el camino de la paz y de la belleza, que anhela en su corazón.
Rara vez se siente capacitada para amar. Nunca se han mezclado lágrimas y arena en su presencia diminuta, viviendo oculta las pasiones del cariño.
"Anda y corre, sonríe y blasfema justamente como lo hace el humilde, que con derecho se apasiona enormemente", le dice una voz, y obedece.
El viento sopla y silva, pasando por tus seducciones gigantescas. No teme nada de nadie, ni siente valor para ser grande otra vez, sola y felíz, en sus fantasias de plena vida color esmeralda.
El cielo azul responde a su llamado, clamandola poderosa en virtud de su inocencia. Suavemente se la lleva, voladora cuál ave más feliz de la creación.
Sube y mira, sueña y no despiertes, pues es ahí dónde has encontrado tu felicidad, bella mujer. |