Primero, me gustaría citar la definición de lo que es un plagio, o de lo que está considerado como tal. Según el diccionario de la Real Academia “Plagiar es: Copiar en lo substancial obras ajenas, dándolas como propias”.
Es decir, y si lo entiendo bien, el plagio sería copiar las ideas, las situaciones, los nombres de algunos personajes, porque “lo substancial”, así lo entiendo yo, reside en ello principalmente. Ahora, de ahí a “recrear” una historia, dándole las características ya citadas, bueno… eso también es un plagio. Volver a escribir una historia de cualquier índole que sea poniendo “la substancia de fondo” es UN PLAGIO, y así mismo ¡con mayúsculas!
Y lo peor es, cuando esa substancia que ha servido para resucitar la inspiración agonizante de un escritor, da a luz una obra mediocre, algo que, cuando el autor de “lo substancial” lo lee o lo escucha, le hace dar brincos, que de tanto tocar el techo o las paredes o lo que fuera que esté a su lado, lo deja lleno de cototos. Pero, los cototos físicos no son tantos, comparados a los que se le adentran en el alma y el puñal que el plagiador le clava en el pecho. Eso es lo peor. Sobre todo cuando el plagiador es alguien apoyado por una gran casa editora, que vende sus “mierdas” como “pancitos calientes”, para que sean devorados y digeridos por el rebaño de pequeñuelos, para quienes se ha creado el “gran mojón”.
No cabe duda de que actualmente, en esta Europa llena de espárragos podridos, de pollos alimentados con desechos envenenados, bovinos infectados por las harinas fabricadas con los esqueletos de otros animales enfermos, lo que dio “la vaca loca” y otras tantas cosas que a lo mejor no conocemos (de conocerlo, pondría muchas industrias en peligro de muerte, así es que mejor es que se enferme y se muera la gente, ¡vaya!). Pues de esta jauría alimentada por el deseo de ganar dinero a toda costa, de ahí mismito salió mi plagiador; el infame, el ladrón, que arruinó a mi personaje, dándole otras características y llenando los vacíos con música (en la que metieron hasta música tropical, en medio de la andina).
Bueno, no le deseo Feliz Navidad al escritor que arruinó a mi personaje.
Pero sí se las deseo a todos Ustedes y gracias por haberme leído.
El hecho de haberme desahogado ya, hace que los cototos se vayan achicando.
FELICES FIESTAS PARA TODOS
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