Para guardarse del buen dolor
es prudente hurgar bien al fondo del bolso
sacar los vendavales, los cataclismos
lo chato del tiempo y al tiempo viejo
conservarse intacto es preciso
porque el buen dolor nos sigue
viaja de incógnito a ras de piso
por algún sendero recorrido
Y uno lo ve y lo contempla fascinado
se le ve acercarse y revolverse con su
inexpresiva inexistencia
sin moralejas ni propósito
el buen dolor viene a nosotros
Empuñando una angustia nos hiere gustoso
nos riega heridas a granel
surtidas de su pena respectiva
extingue nuestra causa varias veces
y nos deja volteados
en una naturaleza muerta
Y somos la gran tortuga solitaria
panza arriba en el paisaje
y ni todas las manías
ni las peores costumbres
te ayudan a preservarte
por eso hay que guardarse del buen dolor
porque arremete y nos deja
mucha tristeza que alegrar
regada en pedacitos por toda la madrugada.
Texto agregado el 20-12-2004, y leído por 433
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