Pelo que intenta volar negro y atado
a un cuerpo perfección del orden y la belleza.
Un viento animal se enreda a ella y la olfatea
ante un pálida luna celosa que mengua.
Y hacia un mar helado, casta ella se desliza
pintando un cuadro terrenalmente salvaje
con su sangre gitana
y su porte intruso en nórdicos parajes.
Collares de concha y plata
caen haciendo sonora cascada
sobre sus senos de proporción exacta.
Y el viento que ahora soba su espalda
desciende para anidar en sus faldas.
Y al sumergirse ningún ojo después la vio:
un mar en brama excitado,
su fino talle engulló.
Texto agregado el 19-12-2004, y leído por 132
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Lectores Opinan
20-12-2004
Segundo poema que leo de este joven, y debo decir que me he quedado sin palabras. Espero que me siga sorprendiendo Finn
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