ERES COMO UN ÁRBOL
Por Víctor H. Campana

Tus piernas y tus brazos se hunden en mi
como raíces brotadas de ti, dulce semilla,
y te yergues como un árbol con follaje y fruta.
Mi tierra fértil te nutre y te contiene,
y mi cálido amor se refugia en tu sombra.
Pero el clima invernal del descontento
hiela tus ramas y barre tus frutas y tus hojas.
Después, la calma en los escombros, la atonía,
y el llanto de los cielos borrando las estrellas.
El grito del amor ahuyenta el espanto
y con un nuevo sol amanece la esperanza.
Viene otra vez a tu amor la primavera,
resurges frondosa en el solar del alma mía,
y como una hiedra me abrazo a tu tronco
cual un vendaje en la doliente herida.
Pero una vez más se va de tu amor la primavera,
vuelve el verano de tu celo en llamas
y luego tu otoño de huracanados vientos.
Ahora, en el invierno de tus descontentos
la nieve otra vez se acumula en tus ramas.