Para entenderlo, tendrías que haberlo vivido
Y no te pido tanto
Pero:
De mi infancia recuerdo
La casa de una anciana
Que era mi abuela
Corpulenta, y etérea
Amable y bonachona
De eterno pelo blanco
apresado en un moño
El olor de la casa
Y un gato negro
con las patitas blancas
Texto agregado el 18-12-2004, y leído por 583
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Lectores Opinan
08-12-2015
Hay cosas que no es necesario vivir para saborear y degustar con un halo de amor exquisito... hermoso poema.
Te abrazo, querida. gsap
Ya sé, la abuela no era la abuela, era el abuelo con un moño artificial blanco. El viejo bandido tenía sus cosas con la mamá del gatito y... ¿Puede ser? ... ollitsak