Hay monstruos que no viven en los cuentos,
que fabrican pesadillas disfrazadas de buenos gestos.
Hay monstruos a los que es difícil ganar una batalla
porque tienen el alma de metralla.

Y son como halcones de ojos certeros y afiladas garras
sobrevolando los campos de la venganza,
donde las espigas del horror desgranan su simiente de miedo,
que servirá para amasar el pan que alimentará rencores nuevos.

Hay seres humanos que no merecen llevar ese nombre,
Mientras se sigan manchando las manos con la sangre de los hombres.