La voz del Barquero
undívaga en el río
da nombre a la orilla,
Te llevo en mi barca
hendiendo el rostro del agua
a favor o en contra del viento,
Reina de la Proa.
Por ti los peces saludan nuestro viaje
y arañas danzarinas hermosean las crinejas de las olas.
Silva la madera de mi nave
cantando la humedad cariñosa de la tarde
montada en la humildad almidonada.
Por eso soy un Barquero
Conozco de memoria mi trayecto
La profundidad de mis torrentes
Y la fuerza de los vientos del ocaso
Trastocando las velas de la vida.
Al final, desciendes del poema
Serena y descubierta
Perfumada de sol y rocío
Y puede que así no vuelva a verte
Por eso, dame las gracias viajera
Que yo, hundiéndome en el Lete
Me alejo agradeciéndote la paga:
He remado tu mirada en el sereno.