Ánimo y vida

Me llamo Julia y llevo 6 meses sentada en esta habitación de hospital, rumiando mi situación. Los médicos me han dicho que tenga paciencia, pero no me dicen donde la debo conseguir, ya que la mía se acabó hace meses y, según parece, mi cuerpo no genera ya la suficiente. De hecho mi cuerpo es el problema, no se entera de que no quiero estar aquí. Me distrae el vuelo de una mosca, y me digo: ¿Cómo me puede llamar la atención una mosca? ¿Tan perturbada estoy para que una mosca llame mi atención de esta forma?. La respuesta me sobrevuela pero la dejo pasar ya que me la he hecho de mil formas distintas con moscas, con motas de polvo, con miguitas de pan, con posos del café, con las marcas de los baldosines, con la lista de cosas que me distraen, etc. Sin ir mas lejos, el otro día me dijo el Médico que probara con sonidos comunes que puedan evocar recuerdos placenteros, al tiempo que motiven el despertar de la conciencia. Al escucharle me recorrió por la espina dorsal una corriente eléctrica que en el cerebro se convirtió en un ¡Escúpele, se esta quedando contigo!, pero me contuve y conseguí incluso, tras un pequeño shock emocional, entender y procesar su consejo como bueno para mi. No todo puede ser malo, me dije y acto seguido le pregunté si dentro del concepto sonido evocador se contemplaba la música. Me miró fijamente y arqueando las cejas me dijo que: ¡Claro, mujer, claro!. Uhff....que alivio, al menos podré escuchar música, pero antes de dejarme espirar me dijo: ¡Pero nada de escuchar la radio!, agregando, ¡Podría ser contraproducente!. Pues ahí es nada, -ten paciencia, escucha música y, chica, a aguantar lo que te echen!.

Pues mira por donde mi sobrino Paco, el mediano de mi cuñada, si, ese que tiene fama de manitas, me ha traído esta mañana el reproductor de CDs, pero el listo de él, se ha dejado los discos en casa y el único que tengo es el que estaba dentro del equipo. No esta nada mal, pero cuando lo escuchas nueve veces creo que mi concepto de sonido evocador está cambiando por instantes, claro esta que a peor. No obstante compruebo lo acertado del consejo del médico, ya que la canción 5 del CD cuya duración es de 3 minutos y 23 segundos, me recuerda mi juventud y en concreto una tarde de hace mas de veinte años, cuando la escuché con atención por primera vez. Era una tarde de invierno muy soleado, esas que de vez en cuando nos regala Madrid, como si se tratase de una compensación después de semanas enteras de días fríos, destemplados y grises. Esos días que se disfrutan por su singularidad, y aunque el termómetro marque seis grados, nos ponemos al calor del sol como si nos fuera a poner morenos. Anda que te vas a poner moreno en pleno mes de enero, a lo sumo te calientas un poco la cara y crees estar a por lo menos 16 grados ¡Que rico el calorcito!. Pues bien, esa tarde estábamos tomando un café en una terraza de Moncloa, haciendo tiempo para intercambiarnos unos apuntes y se acercó Manuel, hoy mi marido y me dijo al oído suavemente – Quien fuera Sol para acariciar tu piel de esta manera, o música para deleitar tus oídos como esta canción, o aroma para despertar contigo..-. Pues si, soy una romántica y esa tarde Manolo dio en mi diana y ese sol, esa música y ese aroma, se marcaron a fuego en mi memoria, corazón y alma.

Hoy me siento mejor, hasta la comida que me ha traído Paqui, la enfermera del turno tarde, me ha sabido bien. ¡Que veleidosos son los sentidos y que frágil nuestro ánimo!. Creo que voy a continuar con esto, mañana le diré a Paco que pase por casa y me traiga algunos CDs mas y de paso un diccionario para entender la letra de las canciones que me gusten. Al menos será mejor y más entretenido que distraerme contando baldosines con pintitas verdes como ayer.

Creo que mañana escucharé Jazz.