No se hasta donde estoy dispuesta a llegar con tal de liberarme, ni siquiera pienso en serio en ello, me asusta reconocer esa atadura, más me asusta deshacerme de ella, de esa cadena, estoy presa tras unas rejas oxidadas por los años que llevan conmigo y lo más doloroso es que se que solo existen dentro de mi y que duro reconocer esa verdad...
si supiera escribir lo suficiente como para liberarme de ellas...
si fuera lo suficientemente valiente para plantar cara a ese lado de mi...
se que tarde o temprano tendré que hacerlo, cambiar la elección que tomé en un momento dado de mi vida y elegir la libertad.
y si lo pienso, sigue siendo la soledad el motivo de mi dependencia, estoy por llegar, falta tan poco para verme en un medio tan ajeno y desconocido...
sola en el aeropuerto, en un espacio tan inmenso, frio y donde los viajeros cargan cada uno con su soledad y su equipaje, donde los bienvenidos son recibidos, abrazados, donde los despedidos son llorados, donde estallan tantas emociones contenidas.
y yo allí, sola y perdida, buscando ansiosamente con los ojos un autobus que me saque de esa dolorosa visión de lo que tenia que ser y no fue.
y perdida, ajena a semenjante ciudad que es tan grande como mi pequeño pais.
donde tomar un autobus hacia Temuco?
donde bañarme y descansar?
un café me dará fuerzas para nueve horas más de viaje?
solas...mi maleta y yo.
no es motivo suficiente para seguir aguantando sus historias de amor, historias en las que nunca fui protagonista. |