I
Por primera vez en mucho tiempo pude volver a llorar; no lo hacia desde aquella tarde en que nos vimos por ultima vez. Hoy lloro a cantaros mientras leo las ultimas palabras en el ordenador, y recuerdo como si fuera un sueño los sucesos de los últimos días.
Esta noche hace unas horas apenas, cuando empezó este viaje, estaba sentada frente a la mesa de dibujo, en tanto, escuchaba el ruido que producía la fuerte lluvia que caía sobre la ciudad , el melancólico sonido que producían las gotas al caer sobre mi techo me hacia revivir las memorias tristes que me han acompañado desde que comenzó su ausencia, desde el mismo momento en que todo perdió sentido en mi vida. Si, lo se; si alguien escuchara lo que pienso creería que estoy loca o que soy “rara”, pero no es nada de eso, la extraño, la extraño tanto porqué la quería, como solo se le podía querer a ella.
Ella era para mi, la parte que me hacia falta, solo ella podía comprenderme cuando lloraba por tonterías, cuando perdía a un novio o cuando los negocios no salían. Así era todo con ella, la única persona con la que podía llorar tranquilamente, segura que después, sin necesidad de mediar palabras lograría, con su presencia, hacerme saber que no estaba sola y que ella me entendía de verdad, no como mis padres o hermanos, que creían y querían entender pero no lo conseguían. Ella era fuerte, me enseñó a llorar a solas o con su compañía, a no compadecerme y a creer en mi, y ahora que se había desaparecido no era ya capaz de llorar, porque ese dolor que me dejó su ausencia fue tan fuerte que las lagrimas dejaron de brotar, mis ojos permanecieron secos largo tiempo, mientras que mi alma se ahogaba en las saladas lagrimas que ellos no querían derramar.
Acerque a mi la última foto que nos tomamos todos juntos, porque cuando ella estaba conmigo teníamos muchos amigos, luego no los volví a ver. No soporté estar en los mismos lugares que frecuentaba con ella, sentía desgarrar mi alma dentro de mi cuerpo cuando recordaba lo bien que la pasábamos y no quería recordar, como no quise estar en casa, no sabia por qué pero desde ese último día en que salimos juntas a caminar, las casas las calles mi familia y lo que antes fueron mis amigos, me parecían lejanos y casi un remedo de lo que eran antes, por eso, aun cuando vivía con mis padres me sentía sola, ellos eran como el decorado de un gran teatro.
Me levanté de la mesa, ya era muy noche y necesitaba descansar. El sonido de la lluvia me hacía recordar el día en que nos separamos; ese día llovía como esta noche. Llovía tanto que no podía ver mas allá de diez centímetros de mi propia nariz, la lluvia nos sorprendió, pero nos reíamos al pensar que debíamos sospecharlo, después de todo en la televisión habían dicho que seria un dia caluroso, de todos modos ya estábamos ahí, camino a la casa de un chico que estaba como para chuparse los dedos y que ella me aseguraba que me iba a encantar.
Nunca sospeche que esa fuera la ultima vez que nos viéramos, o que un descuido nos alejaría, no recuerdo mucho, solo recuerdo que la siguiente vez que quise buscarla en su casa, su madre en medio del llanto no fue capaz de hablar; entonces supe que no la vería nunca mas.
II
Ella camino hacia su cama, las memorias hacían eco en su mente, el recuerdo de su amiga desaparecida hace ya mas de un año daba vueltas en su cabeza, en tanto afuera la lluvia arreciaba y los rayos y truenos auguraban que esto duraría un tiempo mas. Hacia frió, pero aún así no evitó qué ella cumpliera su ya consabido ritual de mirarse al espejo, a obscuras, esperando ver su cara transformarse en otra como decían muchos metafísicos, e interrogándose a sí misma como lo solía recomendar su terapeuta.
Un deje de tristeza se adivinaba en sus ojos, no sólo era la pérdida de su amiga, se sentía una traidora, el sueño de ambas muchachas había sido siempre escribir y ella lo había dejado a un lado después de lo ocurrido llenándose de excusas para no ver la realidad. Quería pensar que lo que hacia era madurar; porque únicamente los niños y las niñas pueden imaginar vivir la vida haciendo lo que les gusta, y ella había dimitido a ese sueño para seguir en su trabajo de arquitecta; pero, por mas que se esforzaba en llenar su mente de hechos y razones, ésta salía en busca de extrañas aventuras y puertas falsas que la llevaran a conocer mundos distantes al suyo, donde dejara de estar sola y al fin poder sentir que todo recobraba sentido, que volvía a ser real, buscaba una puerta para volver a encontrar lo que no sabia en que momento había perdido, a si misma, a sus sueños y a sus ganas de escribir.
Entonces, pasó, ella, toco el espejo esperando recobrar con ese toque la realidad, pues así la superficie fría del objeto, la abstraería de sus imaginaciones y volvería a la realidad de vacíos y dudas, de completa monotonía en que se había convertido su mundo. Pero no fue así. En cuanto su mano toco el espejo, éste la absorbió, sin dar mayor tiempo para que reaccionara; en menos de un segundo había encontrado la puerta falsa_
III
En cuanto pasé, caí en una calle en medie del frió y la lluvia, ese frió que atravesaba mis huesos. Me hizo pensar: “Este es otro de esos sueños”.
Desde hacía un año mi mente trabajaba más; los sueños que tenía parecían tan reales que muchas veces, cuando había resultado herida en una batalla en mis sueños, podía sentir verdadero dolor y despertaba en mi cuarto buscando la herida en mi cuerpo, pero ésta no aparecía, después de un momento volvía a tranquilizarme y a aceptar la realidad. Era difícil aceptar que debía dejar mis locas ideas a cerca de escribir, si ellas no querían dejarme.
Sólo había algo diferente en este sueño que creía estaba viviendo, (digo creía , porque ahora estoy segura que no es así,) era que me sentía como en casa, aquí no volaban naves intergalácticas, ni galopaban centauros prestos a atacar a su enemigo, aquí todo parecía tan normal y tanto más real que mi propia existencia.
Caminé; el frió me haría mal si me mantenía quieta y aun cuando fuera esto un sueño, no quería sentirme enferma. Pronto me di cuenta que este era mi propio barrio, así que hice lo único que se me ocurrió: ir a mi casa. Supuse que lo extraño de éste sueño sucedería allí, pero caminé sin que nada pareciera mas extraño que el echo de estar en piyama en medio de una calle donde yo transitaba tan comúnmente. Además, pensé que antes de entrar en una absurda aventura, debía ponerme algo de vestir.
En cuanto estuve frente a mi casa, vi. a la vecina abrir su ventana y mirarme como siempre lo hacía; yo la salude y ella cerró inmediatamente su ventana como si le sorprendiera verme. Tal vez en éste sueño, esa no era mi casa, pero antes de irme trataría de comprobarlo. Si ésta era mi casa, las llaves que ponían para evitar que alguno de mis hermanos o yo timbrara como loco hasta despertar al vecindario, se encontraría en el lugar donde mi madre las escondía.
La llave estaba allí.
Entré. No sabia que esperar, pero allí estaban las cosas aparentemente como todos los días, sólo que sentí como nunca antes el calor de hogar y quise buscar a mis padres en su habitación para recostarme con ellos y sentirme protegida. Cuando llegué a su cuarto lo vi vacío; entré a la cocina, hallé como lo supuse una nota que decía:
Chicos: los esperamos en la fiesta, ahí les dejo comida,
No se demoren mucho, estaremos hasta la madrugada,
No olviden que la fiesta es de disfraces,
Besitos: Mamí.
Efectivamente era la letra de mi mamá y la comida estaba servida, pero sólo había dos platos, parecía haber olvidado a uno porque en las fotografías del corredor, estaba yo, es mas estaba mas que en las fotos de mi casa de verdad, donde predominan las fotos de mis abuelos, porque mi madre dice que se rodea de la imagen de ellos para no permitir que nosotros los olvidemos y mantener su memoria viva, ésta mamá había sacado todas las fotos del grupo familiar y unas dos donde aparecía yo sola, detesto esas fotos, me veo tan gorda… en fin. Camine a mi cuarto, ya no sabia que sentir ni que creer, todo era tan real, que me parecía imposible creer que todo fuera un simple sueño. Cuando abrí la puerta que daba acceso a mi cuarto, noté que todas las cosas estaban recogidas en cajas; el cuarto se veía completamente impersonal, ya no era el mió, me sentí triste, esperaba que este mundo fuera igual. Encontrar mi ropa aquí, supuse que este sueño me había convertido en un ser un poco mas sentimental de lo que soy en realidad, de todos modos quise probar suerte, algo me decía que dado que antes de quedarme dormida frente al espejo estaba pensando en ella, tal vez podría verla, Salí de nuevo a la calle y en medio de la oscuridad de la noche hice camino a su casa, eso no era una tarea difícil, habíamos crecido tan cercanas en espíritu como físicamente, su casa se encontraba a menos de cinco calles de la mía.
Cuando me acerqué a su casa, la música sonaba fuertemente, ahora entendía a que fiesta se refería mi madre en su nota, las personas con disfraces pasaban por mi lado, pero nadie parecía prestar mucha atención a nada, todos hablaban en grupos de un libro, algo de historias , si, lo llamaron las Historias del espejo, yo, no sabia bien de lo que hablaban, pero si vi. que había mucha gente, menos mal que esa casa era tan grande, me moví con facilidad ente la gente gracias a un antifaz que alguien dejo olvidado, a veces pueden ser sofocantes, pero yo preferí llevarlos, no quería parecer solo una niña en pijama, sino disfrazada.
En cuanto llegué pude verla conversando, hablaba con mi mama que parecía triste, me acerqué, justo a tiempo para ver como le entregaba mis cosas, me quede sorprendida y pensando en ¿ porque haría esto? , ella la abrazó, mi madre y ella nunca habían sido muy unidas y esto ya era demasiado raro, este debía ser el sueño mas extraño de todos los que había tenido frente a ese espejo.
Me alejé un poco para escuchar a las personas hablar, ella estaba demasiado ocupada con las personas que le hacían preguntas. Consideré que mejor haría esperando aquí en su cuarto para hablar y saber quien era ella en este mundo, saber por qué sentía todo tan real.
En cuanto empecé a subir la escalera vi mi retrato, el mismo que yo miraba horas previas. Junto a ella y a mis amigos, una cinta negra se encontraba a la esquina, al pie de la foto y había una dedicatoria que no me atreví a leer hasta que escuché las palabras de mi amiga que ahora se dirigía a su público:
-Esta noche -dijo ella con voz entrecortada. -Cuando se cumple un año de la muerte de mi mejor amiga, están todos invitados para ver la consolidación de lo que fue nuestro sueño, aun cuando desearía que ella estuviera aquí , para que compartiéramos este éxito, quiero decirle, para que me oiga, si esta en alguna parte, que lo hice, que he cumplido la promesa que le hice el día que murió.
Quede callada. De un momento a otro los hechos que no quería recordar llegaron a mi mente, pero aun así no me antojaba creerlo, era demasiado para una noche, y esto solo era un sueño, entonces vi la fotografía, y leí lo que decía:
“por siempre, una promesa, seguirás viviendo en mis historias del otro lado del espejo”
Esas palabras me hicieron recordar, no era cierto, yo no había perdido a mi amiga una noche de lluvia, ella era quien me había perdido a mi.
Fui rápidamente a su cuarto tenía que esconderme, pero no funcionaría así, las memorias no se apartan como las personas de fácil, me acerqué y vi la pantalla de su ordenador, se encontraba encendido, empecé a leer incrédula, hasta que llegué al último párrafo:
Entonces, paso, ella, toco el espejo esperando recobrar con ese toque la realidad, pues así la superficie fría del objeto, la abstraería de sus imaginaciones y volvería a la realidad de vacíos y dudas, de completa monotonía en que se había convertido su mundo, pero no fue así; en cuanto sus mano toco el espejo, este la absorbió, sin dar mayor tiempo para que reaccionara, en menos de un segundo había encontrado la puerta falsa_
Mas abajo como una observación había escrito: ojalá una de esas veces que el espejo te transporta volvieras aquí, para ver que he cumplido…
Fue ese el momento en que rompí en llanto, porque recordé que aquel día en que nos habíamos separado el llanto de madre que se escuchó fue el de la mía. En medio del aguacero, yo no había visto venir al camión, y ante los ojos de mi amiga yo había ido a parar diez metros mas allá cuando la mire por última vez a los ojos, después de escuchar ese grito que intentaba prevenirme, pero ya era muy tarde, el resto lo vi desde fuera de mi cuerpo, yo pensé que era una pesadilla y en medio de las lagrimas de los que me querían, escuché su promesa, ella no permitiría que nuestros sueños murieran junto a mi, ella seria escritora y usaría mi nombre y mi personalidad en sus historias para hacerme perdurar, para que mi recuerdo estuviera presente y llegara a ser querido por personas que jamás supieron de mi. El libro producto de esta promesa había sido, Historias del espejo. Comprendí que su imaginación había sido tan fuerte y me había conocido tanto en vida que pudo capturar mi esencia a tal grado de traerme de la muerte nuevamente a su casa para esta noche..
Me encuentro aquí ahora en medio de las lágrimas y recordando todo lo que a pasado, me siento culpable porque, si yo hubiera sido quien sobreviviera, nuestros sueños se habrían perdido, me sequé las lágrimas al recordar todo lo que había prometido y entonces pensé en que había algo que todavía podría cumplirle, ahora que sabia la naturaleza de mi estado.
Dejó su computador encendido y buscó en su armario, ella no ha cambiado nada de lugar y… ¡Bingo! Ahí esta su cámara instantánea, programó la fecha y entonces miro fijamente a su espejo, éste vuelve a convertirse en una puerta y ante el brillo fulgurante que rodea el espejo me pongo y tomo la fotografía, entonces busco un marcador y firmo la foto dejándosela frente a su computador; espero que ella la vea, se que entenderá el mensaje.
….
Terminada la fiesta ella subió a su cuarto, vio su computador encendido, se acercó para apagarlo, no era raro que se le hiciera tarde y dejara ese equipo encendido, pero en cuanto se acerco vio la fotografía. No pudo evitar sentarse cuando vio la imagen impresa en el papel, entonces leyó la dedicatoria, era su letra, eso no tenía ninguna duda, guardó silencio y lloró un poco, nunca imaginó que después de tanto tiempo y la muerte pudiera recordar .
En la parte de abajo, la fotografía decía:
También cumplí mi promesa, pero no te preocupes, Nada es como te lo imaginas
-cinco años atrás-
- Hey, has pensado que pasa después de la muerte
- No, no me interesa pensar en eso, cuando me muera sabré.
- Espero que Dios no exista, porque o sino, cuando muera…
- Tranquila, te prometo que si muero primero y hay vida después de la muerte, volveré a visitarte para que te arrepientas.
- No gracias, no es necesario que me hagas ese favor….
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