la figura que sale al escenario viste de negro, es alta y delgada y lleva un sombrero de forma extraña, me busca con la mirada y yo me escondo entre un público inexistente, no quiero que me vea porque si sabe que estoy alli sabrá que aún me importa, me mira fijamente y se sonrie, sus dientes son impecables y su sonrisa me resulta demasiado familiar para mi gusto, empieza a representar su papel, se crece ante mis ojos y quiero gritarle que se vaya, que caiga ya el telón, pero la obra sigue inmutable ante mis lamentos, no quiero verla, ya me la se de memoria, la conozco y la recuerdo desde que era niña...
evoca la soledad de mi cuarto, el sonido de las voces infantiles de un colegio cercano, mi alegre habitación decorada con gusto por mi madre y que se torna hostil y fria a mis ojos, mis muñecas ahora mis alumnas, ahora mis hermanas, ahora mis jueces y aquel muñeco varón con el que empecé a soñar juegos sexuales...y mi culpa por los "malos pensamientos" que inculcó en mi mente un colegio de monjas, los dos caracoles que gusrdaba en una caja esperando que "tuvieran hijos" para poder cuidarlos o los gusanos de seda que se volvieron mariposas pero que no llegaron a buen puerto....mi hermanita me abrazaba en la oscuridad, nunca quise llevar su nombre, a quien se le ocurre ponerle a su hija el nombre de su hermana muerta?
los tediosos domingos por la tarde que aún no he superado, las visitas...pórtate bien que hay visitas...como si alguna vez me portara mal...
la asqueante sensación de no estar a la altura en la escuela, las putas trenzas que solo servian para que las niñas tiraran de ellas, las esquinas que eran mi único refugio...la insatisfacción general de una vida totalmente vacia, sin contenido y lo que es peor, sin fondo.
que se caiga ya el telón y acabe la representación...quiero apartar de mi esa obra que es mi pasado y esa figura negra que se llama miedo. |