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Diálogo entre dos asesinos

- No hagai tanto ruido weón
- Si no soy yo, es donde el cuerpo arrastra las hojas
- Entonces tratemos de levantarlo. Pero con más fuerza pos, no seai tan gallina. Y ya, quita esa cara de asco, acaso nunca habiai visto sangre.
- Si, si había visto, pero no tanta.
- ¿Y qué esperabas? Le cortaste el cogote weón. Esta es la realidad, no un cuento ni una de esas tontas películas norteamericanas donde la niña linda empelota es apuñalada. Tú mismo lo apuñalaste.
- No fui yo.
- Jajaja. ¿Y quién fue? ¿Acaso tu mano se maneja sola?
- Ya. No estoy pa tus weás de tallas fomes. Por la cresta, tanta sangre que le sale.
- Ya, quédate callaito no más y apalea la tortuga, si no querí que nos pillen.
- ¿Cuánto tiempo nos darían por esto?
- En el juicio, unos veinte años, pero como nos portaremos bien, y esta cagá de justicia es tan fácil de engañar, en cinco años estaríamos afuera.
- ¡Cinco años!
- Te parece poco weón. ¡Mataste al saco wea! Que no se te olvide. Míralo, todavía tiene los ojos abiertos
- Si, pareciera que me estuviera mirando.
- Pobre weón. Eso le pasó por meterse con nosotros. No quería pagar la plata. Que se cree. Ya weón, con más fuerza ahora, pa pasar estas moras.
- Au, me rajuñé.
- Ay la niña, se rompió su vestido nuevo. Ja. Apúrate...
- (el weón pesao) Ahhh!!! Sus ojos, sus... sus... los ojos se le movieron.
- Si aweonao, mueve las patas será mejor...
- Si. De verdad parece que me miró... creo que no era necesario matarlo
- Harto tarde pa arrepentirse pos, si igual no te vai a ganar el cielo. Métete bien esto, con semejante cabeza debes tener buena memoria me imagino. Asi que, que nunca se te olvide esta wea. O se moría él, o te morías tú. Así de sencillo.
- ¿Adonde lo llevaremos?
- Lo más lejos posible. Sigue caminando y no te quejí. Por allá entre las viñas lo dejamos. Total, con lo que riegan y con la tierra, se va a pudrir ligerito.
- ¿A qué hora nos iremos a clases?
- ¡Qué! Tai pensando en ir al liceo.
- No weón. ¡No! Sólo digo que cuando mierda voy a despertar de esta cagá de sueño.
- Weón, no es un sueño por la chucha. Pendejo de mierda, que te crei ah!. Mirate weón hediondo ya. Tení diecisiete años y todavía hablando weas.
- Diecisiete años. Vaya. Nunca pensé que a esta edad hubiese matado a alguien.
- Si. No lo pensaste, pero lo hiciste igual.
- Lo hicimos. Fuimos los dos. Si hay culpable acá, somos los dos, no yo sólo. Los dos somos asesinos.
- Va, hasta que atinó el niñito. ¿Lo puedes repetir?
- ¡Si weón! ¡Los dos somos asesinos! ¡Feliz! (El saco wea éste. Como mierda me hice amigo de este weón)
- Si. Toy feliz. Río de felicidad. Jajaja. ¿Qué te pasó? ¿te comieron la lengua los ratones? Hace diez minutos que no hablai.
- ¿Y que weá querí que diga? ¿Que este era mi sueño de niño? Matar a un weón y estar condenado por el resto de mi puta vida. ¿Eso querí escuchar?.
- Jajaja. tai chorito. Aquí está bien, estamos lejos. Ni una mierda viene pa aca.
- ¿Seguro?
- Tan seguro como que este pobre weón está bien muerto.
- (Ya no le sale sangre)
- ¿Qué te pasa? ¿ Qué te quedai mirando?
- Nada. Fíjate, ya no le sale sangre.
- Ya se secó.
- Pero todavía no se pone helado.
- Hace una hora no más que está muerto. Cuando esté bajo tierra, hasta los cocos se le enfriarán. Jajaja. Pobre weón.
- Pobres de nosotros, weón. Al menos ya está muerto. Ahora los urgíos somos nosotros. Por la cresta. Y yo que quería estudiar periodismo. Así como estamos ni de cuarto voy a salir.
- Cállate weón. Me mareai. Y ahora cava conmigo.
- ¿Y con qué?
- Con la lengua weón. Busca alguna piedra. Con esa misma. No. La del lado. Si. Esa. Ya. Ahora ayúdame a hacerle la solemne tumba a este honorable muertito. Más rápido pos, antes que se haga oscuro.
- Por la cresta, no puedo más rápido. Me duelen las manos.
- ¿Y pa clavarle la mariposa en el cogote te dolió?
- No weón, y tampoco me dolerá cuando te la entierre en el culo si seguí hablando weás.
- Uy. Que miedo. Nos falta poco.... Conchetumare. Cagamos. Se está poniendo el sol.
- Sigue no más. Ya empezamos con esta weá. Ahora terminémosla. Falta poco.
- Si. Y falta poco pa que se haga de noche.
- ¡Cállate! Nos queda poco. Falta poco. Queda poco. Ya pos sol, no te vayai, si nos queda poco.
- ¡Parecí weón hablando solo!
- Deja de criticar y sigue escarbando (a esta mierda no lo hablo nunca más. De hoy, no me junto más con él)
- Ahí no más. Con eso está bien.
- ¿Tú crei?
- Obvio. Soy el experto en tumbas. Justo se fue el sol. Ya. Hay que apurarse. Tómalo de las patas.
- ¡Qué!
- No te hagai el sordo por la chucha. Tómalo de las patas. ¡Apúrate! ¡Que quiero llegar luego a mi casa! Así no. Así mira. ¿Viste? Ya. Ahora. Pero con fuerza pos. Si. Ahora, más fuerza, pa, levantarlo.
- Ah cresta.
- Afírmate weón.
- ¡Ahaaaaa!
- Puta el weón tonto.
- Por la chucha, que mierda iba a saber que la tierra estaría resbaladiza.
- Ya sale luego del hoyo weón.
- Ay, ¿en qué me enganché?
- No mires. No mires. Es muy asqueroso. No mires te dicen
- Mierda. Ay. Que asco. Mi mano.
- Saca la mano weón.
- ¡No puedo! Quedé enganchado
- ¡Saca la mano! Weón le reventaste el ojo.
- ¡Ya cállate, que me da más asco!
- ¡Sale!
- No puedo. Me quedé atrapado en la cuenca del ojo.
- Conchetumare, que asco. Como le metiste el dedo en el ojo weón. ¡Como no te dai cuenta! Como podí ser tan pajarón y caerte en el hoyo y encima del cadáver.
- Ya oh. Ayúdame a salir.
- Toma mi mano. Con la otra weón. Esa la tení asquerosa. Que weá es esa que tení. Parece moco. Está realmente asqueroso. Ya. Ahora a enterrarlo. Pero con más fuerza po. Con esos poquitos no lo enterraremos ni cagando hoy día.
- Tú jurai que esta weá es fácil.
- Es más fácil al menos que pitearse a alguien
- Ya me cansé de esta weá. Me voy.
- Espera weón. Tenemos que terminar de enterrarlo.
- Mañana terminamos. Ya se está oscureciendo y esta weá es peligrosa. Ya. Vámonos.
- Ya oh. Límpiate esa cochiná. Toma
- Gracias. Vamos. Por la cresta. Quedé todo embarrado. Que mierda diré en mi casa.
- Que te urgí por lo que te van a decir en tu casa weón. Ahora hay que preocuparse del cuerpo loco. Mañana tempranito venimos y terminamos de enterrarlo. No podemos dejarlo descubierto.
- Si sé. Si sé. Por la mierda. No sirvió de nada matarlo. ¿Te das cuenta? ¿Qué sacamos con matarlo?
- Tú lo apuñalaste.
- Si. Pero yo no empecé. Si no lo hubieses weveao tanto, el loco no se hubiese alterao.
- Igual fuiste re valiente al enterrarle esa weá.
- Fui cobarde más que valiente. Jajaja.
- ¿Qué te pasa ahora?
- El weón se muere como héroe, nosotros nos vamos presos y nadie nos pagó la cagá de plata que nos debía.
- Eso es lo que pensai voh.
- ¿Y esa billetera?
- ¿De quién crei que es?
- ¿Del Andrés?
- Obvio
- ¿Y por qué la tenís tú?
- Eres poco aguja compadre. Cuando le pusiste la puñalá, y el wón cayó al suelo.
- Ya.
- Cuando le tomé el pulso y toda la weá. Ahí se la saqué del pantalón.
- Oh. El weón aguja.
- Y mira la media sorpresa. El muy mentiroso. No tenía plata. Jajaja. Con todas estas lucas tenemos pa comer un mes.
- Tal vez era la plata que tenía pa la U.
- No sé ni me interesa. El weón nos debía plata, no quiso pagar, y por eso ahora está bien muerto.
- ¡Chucha! (piedra maricona)
- Sin caerse. Jejeje.
- No veo casi nada.
- Hay que apurarse pa que lleguemos al canal antes que se haga más de noche.
- Conchetumare. Hay que cruzar esa cagá de fierro. Por eso te digo pos. Espérame. A la horita que te poní a trotar. Espera. No tan rápido. Oy. El weón impulsivo.
- Donde está. No lo veo. Donde está el tubo maricón. (por la mierda).
- Ahí está oh. Donde mismo. No se ha movido de su lugar. El puente entre la vida y la muerte. El puente entre la ciudad y el campo.
- Pasa tú primero.
- Bueno. Me acuerdo de cuando... conchetumare.
- Cuidao weón. No te vai a caer.
- No tení que decírmelo mamá. La weá ta poco refalosa. Ten cuidao cuando lo crucí.
- ¿De qué te acordabai?
- Ah. Si pos. De cuando éramos cabros chicos y veníamos a jugar pa acá pal canal y vo erai el único que no sabía nadar. Cruzábamos el tubo a cada rato pa pasar pa las viñas. Casi trotando. Jajaja.
- Si me acuerdo. Tú queríai ser circense.
- Harto cagao de la cabeza era cuando chico
- No hai cambiado mucho en todo caso.
- Jajaja. Ya weón. Te toca. Pero rápido pos. Ya. Cruza.
- Pero (no voy a poder)
- Nada de pero. Cruza luego. O te dejo aquí no más.
- Gracias weón (este weón vale hongo como amigo). ¡¡¡ahha!!
- ¡¡Conchetumare!! Toño weón.
- ¡¡ayyy!! ¡¡cof cof!! Ayu… ayu…. Ayúdame….
- Espérate sentaito.
- ¡Juan! (el maricón no me va a ayudar. Por la cresta. No quería morirme tan joven)
- Chao Toño. Saludos pal Andrés. ¡Jajajaja!
- ¡¡Ayuda!! (cagué por la chucha. Esto me pasa por malo. Quien me manda a ser tan malo. Por la cresta. Mi mamá tenía razón). Cof cof. Ayuda. (Puta la weá. Cagué. Diosito. Ayúdame por fa. Prometo no portarme más mal. Sólo necesito de tu ayuda. Nada más y te prometo que....). ¡Ahhaaaa!
- ¡No! ¡El weón con cuea!
- Cof cof. Ayúdame Juan. Acá estoy.
- Afírmate de la piedra. Afírmate (piedra maraca. Que tenía que estar haciendo a mitad del canal). ¡Afírmate!
- Si. Si. Si estoy firme.
- ¡Espera! (con que lo saco. No hay nada. Ah. Con esto). ¡Toma! ¡Agarra esto!
- ¡No lo alcanzo!
- Puta la weá. ¡Ahí va de nuevo!
- ¡Ahora si!
- ¡Con más fuerza! ¡Así! Bien.
- Ayúdame.
- Ya. Toma la mano. Eso. Sube con fuerza. Eso. Bien. Bien.
- Conchetumare. Pensé que me iba cortao.
- Yo igual (este weón tiene más vidas que un maraco gato).
- ¿Tú igual? Parece que no “amigo”.
- ¡Qué te pasa weón! Porque me pegai.
- ¡Por qué te pego! ¡por qué! Tení el descaro de preguntar maricón.
- Para tu weá Toño.
- No weón. Vos queríai que me muriera weón. No queríai ayudarme.
- Ya weón. Vo te lo buscaste. Toma conchetumare. Toma weón. Y uno en el hocico pa que te quedí callao pa siempre weón.
- ¡Ahhh!
- Jajaja. Ríete ahora. Toma weón
- ¡Ahaaa! ¡Ah! (no puedo dejar que me pegue tanto tengo que hacer algo)
- (me cansé por la chucha. Wevié mucho en la tarde. Por la cresta. ¡No!). Me pillaste de sorpresa weón maricón.
- El maricón soy vo weón. ¡Mmh!
- ¡Ahhhhaaaa! ¡Aha!
- Toma weón.
- Suéltame conchetumare. No puedo respirar. Sale de encima weón. ¡Ah!
- Mira que linda sorpresa tengo aquí. ¿Te gusta? ¿Es linda cierto? Este fue el último regalo que me hiciste pa mi cumpleaños.
- Si, si me, me acuerdo.
- Es una linda mariposa. Y será el último regalo que le des a alguien.
- ¡No! ¡Ah! Maraco de mierda
- Va. No me costó enterrarla tanto como la primera vez.
- ¡Ah! ¡cof! Me muero weón. Me...
- ¿En serio? ¿No? ¡No me había dado cuenta! ¡Toma hijo de perra!
- ¡¡¡¡Aaaaahhhhhhhhaaaaaaaaa!!!!
- Eso te pasa por traidor weón. ¡Uf! Me cansé. (y ahora que hago. Ah. Ya sé. El weón quería que me ahogara. Ahora es él quien se va a ahogar. Puta que pesa. La cagó. Ah. Chao weón. Nos vemos en el infierno en muchos años más. Conchetumare que estoy cansao. Ah. Me duele todo. Este weón casi me mató a combos. Me duele hasta el pelo. Ah. Ah. Mañana estaré todo moreteado. No puedo caminar bien. Me quedaré un rato aquí recostado. Ay. Hasta que tenga fuerzas pa caminar por lo menos. Ah). ¡Aha! (mierda. Me duele el cuerpo. ¿Y ese ruido?). ¡Quien anda ahí! ¡Acá! ¡Por acá! ¡Estoy herido! (que lindas se ven las estrellas. Nunca me había dado el tiempo de mirarlas. En todo caso, nunca había estado acostado de espalda a la intemperie. Jejeje. Que linda es esa. Parece que se estuviera riendo). ¡Ayuda! (Ahí viene. Ya está cerca). Por acá. Ayúdenme.
- No te preocupes. Ya te escuché.
- ¡No!
- Si. Soy yo.
- Andrés. Je. Hola. Je. Como estás.
- Muy adolorido con tu puñalada pos. Como quieres que esté.
- Jejeje. Pero. Fue sin querer. Estabai tan alterao que no supe que hacer.
- No te preocupes. Si te entiendo. En situaciones difcíles y anormales uno no sabe como comportarse. Uno se comporta de otra manera. Como si no fuera uno mismo. Cierto.
- Tú lo has dicho. (Por la cresta como le dejé el ojo)
- ¿Me miras el ojo? De verdad me costará mucho superarme a esto. Es difícil ver la mitad del mundo. Pero lo superaré. Lástima que tú no te vayas a recuperar.
- Jaja. Por favor. Ayúdame.
- Si. Te voy a ayudar. Pero a morir.
- ¡Qué!
- Si. Escuchaste bien. Te voy a ayudar a morir. Para que no sufras tanto. Me imagino que te debe doler mucho el cuerpo. ¿Cierto? Como no contestas creo que es un sí.
- Si (que va a hacer. Por la cresta. No me puedo mover).
- Así que te ayudaré a que se te pase el dolor. ¿Sabes lo que es esto?
- Una piedra
- Vaya. Eres muy inteligente. De verdad hubieras sido un excelente periodista. Lástimas que el mundo se pierda un espécimen como tú. Es una verdadera lástima.
- Que vas a hacer.
- Lo mismo que querían hacerme ustedes. ¿Que paradójico no? Ustedes me creyeron muerto y los que se murieron fueron ustedes. Jajaja. Es muy divertido.
- Si. Jejeje. (tengo que hacer algo rápido).
- No intentes nada Toño. No servirá de nada. De verdad es una linda piedra. y es muy pesada. ¿Te costó mucho tenerla en las manos?.
- ¿Mh?
- Si pos. Esta era la piedra con la que hiciste el hoyo donde me iban a enterrar.
- (si. Es la misma)
- Ves que paradójica es la vida. Con esta piedra estabas haciendo mi tumba. Y ahora con la misma piedra yo te llevaré a la tumba. Me pregunto algo ¿Dolerá mucho un piedrazo en la cabeza? ¿Duele? ¡Contesta mierda!
- ¡No sé! ¡No sé! Por favor no me hagas nada.
- Va. Miren al niño. Hace un rato se hacía el muy valiente y ahora llora para que no lo lastime. Pobrecito. Espera. ¿Donde te pegaré primero? ¿En la frente? ¿En los ojos? ¡En los cocos fríos bajo la tierra! ¿En el hocico para que no digas tantas estupideces? ¿En la nariz para que no gastes tanto aire? ¿Dónde te pego primero?
- (me va a matar, y no me puedo ni mover si quiera)
- Ok. Entonces escojo yo. Adiós señor pene.
- ¡No! ¡Ah! ¡¡Conchetumare!!
- ¡Te dolió! ¿Mh? ¿No? Intentemos de nuevo.
- ¡Ahhhaaaaa! Por la cresta (me reventó todo. Ay. Mis cocos).
- Pobre de ti que no podrás ser papá nunca. Jajaja.
- No por favor. Nada más.
- ¡Nada más! ¡Lo mismo les dije yo! ¡Que no tenía plata pa pagarles! ¡Esa plata era el sueldo de mi vieja weón y ustedes acabaron con él! ¡Acabaron con la plata que tanto le costó ganarse a mi vieja! ¡Con el trabajo de sus manos! ¡¡¡Eso!!! Ahora te tiraré las piedras en las manos.
- ¡No! Que no podré pintar nunca más.
- En el infierno vas a pintar con cenizas weón.
- ¡Ahhhaaaaa! Mis manos. No. Mis manos. Para por fa. Ya. Fue mucho.
- Aún no me canso.
- Por fa.
- Pararé cuando estés muerto weón. Ahora la boquita linda que tiene el niño.
- ¡Aha!
- Va. Ahora no gritaste tanto.
- (no siento casi nada. No siento mi cuerpo. Me estoy muriendo por la cresta)
- Antes que pierdas el conocimiento o antes que te mueras te daré un consejito. Si vas a hacer algo, fíjate que las cosas estén bien hechas weón tonto. No me cortaste el cogote. Jajaja. Si vas a dártelas de asesino, cerciórate que al weón que mates de verdad esté muerto. El pulso me tomaron los niños. Jajaja. ¿Escuchaste? Parece que si. Entonces de ahora en adelante a hacer bien las cosas. Porque no creo que en el infierno, mi padre Lucifer, te perdone algún error.
- (que lindas se ven las estrellas).
- Ahora en la cabeza. Chao Toño.
- (mierda. Como puede levantar tan alto esa piedra. Si pesa más que la cresta)
- Saludos al Juan y a mi padre.
- (que lindas se ven las estrellas).

Texto agregado el 15-12-2004, y leído por 629 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
04-09-2005 No esta mal, ya tambien escribo sobre asesinos carlosivankelso
16-12-2004 Sinceramente no me gustó, quedé harto de weón, weá y otras palabras incomprensibles que creeré son parte del regionalismo del lugar al que perteneces… la historia está muy larga, con esto no digo que lo largo sea malo, pero si esta bien hecho el lector no percibe la longitud, de lo contrario el lector acabará odiando a los personajes de la historia “por no decir al autor”… te recomiendo que cortes muchas cosas que a mi criterio están de más. JACE
15-12-2004 Mis 4*. Sólo eso. cocodrilo
 
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