Todo mi marxismo pierde el equilibrio
Cuando pienso en ti.
El humo azul de mi tabaco
Se hace lento
Y difícilmente se dispersa.
La noche llega y no tengo sueño
La señal del televisor brinca de un canal a otro.
Los noticiarios concluyen.
Afuera, los autos Arrastran su cansancio entre los humos negros.
La ciudad se vuelve un monstruo silencioso.
Cinco diarios con sus hojas arrugadas, aguardan sobre una mesita de cristales mal cortados.
Miro el reloj; la medianoche se Ha sobre pasado
Por tres minutos.
Mi coherencia se pervierte.
Me quito los anteojos
Me aflojo los botones de la camisa
Suelto las agujetas de mis zapatos.
Miro el calendario
Cuento cada uno de los tristes
Días de diciembre.
El librero está repleto de cientos,
De miles de cuartillas, de tratados políticos y económicos.
De enciclopedias, en fin, de libros viejos e inútiles.
Todo mi marxismo pierde el equilibrio
Cuando pienso en ti.
Cuando las horas pasan y la soledad se vuelve más y más espesa.
Cuando estás lejana
Y cada parte de esa distancia
Me brinda estocadas de desesperación.
Jano. 22/11/04
Texto agregado el 15-12-2004, y leído por 133
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
03-05-2006
yo ...he leído..muchas veces este -su poema -
y...por décima veintiunava vez...he bajado..para releerla...
y verdaderamente...me hace sentir......muy aliviada...porque pareciera que la tristeza.....
busca..otra tristeza.
y no sé..si le guste la tristeza....
pero...en mi causa - su poema - una compañia.
y no sé. si esta fue la finalidad..o tantas más...
vexaida
16-12-2004
Gran poema, creo que el mejor de lo tuyo. newton
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