“Una vez más estas ahí, observando el pasar del tiempo.
Mudo testigo de mis sentires inmóvil incapaz de un gesto”
Amanecía y el gris ganaba el color del cielo. Esa mañana desperté con sueño. Las sábanas en las que me envolvía parecían no quererme soltar. El olor al café de la casa de al lado entraba por mi ventana apenas entreabierta, era señal que me tenia que levantar. Pues ya eran las seis treinta.
Desde que me mude a esta casa, jamás use el despertador. El “café da manha” de mi vecino me besaba la frente y yo sabía que era hora de ir a trabajar. Rápido iba a la cocina, prendía la cafetera mientras preparaba la ropa para ducharme. Después del baño, ya con el café y las tostadas escuchando las noticias le daba una ojeada al diario.
Un maquillaje leve, un saco por si refrescaba en la noche. Abría las cortinas del living ponía agua a las plantas y sin más tiempo para nada partía a emprender la jornada. Cerraba la puerta llevaba la bolsa de basura en la mano para tirarla de camino y para que no le quede olor a la casa. Siempre cuide de eso, me gustaba llegar y sentir buen aroma a pesar del desorden.
El saludo y la broma de siempre del conserje “ hola bonita siempre apurada queriéndole ganar al sol” con su ironía simpática me iba todos los días a trabajar. Pasaron años y jamás cambio el saludo.
Mientras salía corriendo del edificio para llegar a la parada del ómnibus, me cruzaba con don Jaime que sacaba al perro a esa hora “hola-hola” me gritaba alzando su mano izquierda porque con la otra sostenía al perro para que no se ensuciara mientras hacia pis –cosas de viejo- Casi con los segundos contados alcanzaba el 121 que era exacto a las siete y cuarto pasaba. Si lo perdía llegaba 5 minutos tarde y eso al jefe no le gustaba.
En la oficina era divertido. Pasábamos bien, a la hora del almuerzo nos juntábamos todas las chicas para contarnos nuestras caras de sueño. Los mejores almuerzos eran los lunes después de grandes fines de semanas.
Mil anécdotas eran los postres con los mejores amantes esas largas noches inolvidables de fiestas hasta el amanecer.
Gabriela, era la más salidora de todas cada viernes a la noche, una historia que nacía y guardaba para compartir en los tan esperados almuerzos. Las ensaladas -porque siempre estábamos a dieta- nunca alcanzaban para terminar los cuentos. Un día Lucy, que era la más grande tenia 40 y aún con el vestido de novia bajo el brazo -queda claro que Lucy era la solterona del grupo- pero la más buena onda. Ese día Lucy se acaparo toda la hora de descanso. Se había comprado un computador. Sin duda fue el tema del día. La noche anterior había pasado en internet chateando. Me quede helada no tenia idea lo que era y casi que me perdí en sus relatos porque trataba de imaginar como era eso del chat. Lucy lo contaba con una naturalidad y sonaba tan divertido que al sábado siguiente todas hicimos una cena en su casa para chatear.
Hablamos con hombres de todos lados, nos reímos mucho, inventamos tremendas historias de nuestras vidas y la verdad me encantó la idea de tener un computador en casa. Saque cuentas, baje algunos gastos solicité el crédito y me compre uno. Busqué un buen lugar en el cuarto. Compré un lindo escritorio y junto a la ventana para tener luz natural en el día y poder mirar al vecino de enfrente en la noche, que como era casado solo lo miraba desde la ventana a través de las cortinas.
Pero ese mismo mes las cuentas del teléfono más la cuota del computador casi me llevan a la locura total. Paso el tiempo y las deudas me desbordaron, había dejado de pagar la luz un mes otro el agua, de los gastos comunes ni hablamos y la verdad que la cuenta del teléfono crecía junto a cada madrugada en internet.
Poco a poco me fui encerrando en mi cuarto. No salía de la silla frente a la ventana. Hasta lentes de descanso me mando el médico por las extensas horas que fijaba la vista frente a la pantalla del computador. Después de varios meses de desorden coloque internet por cable que me salía más barato y además tenia las 24 horas por un monto único. Ésto me ayudó bastante a salir del pozo económico en el que había caído.
Las cuentas poco a poco volvieron a la normalidad. Pero fue lo único, porque después de eso vino el otro descontrol. Ya no salí del cuarto, se terminaron las fiestas, las salidas de viernes a la noche, mi vida se redujo a las levantadas tempraneras para ir a trabajar y las corridas de regreso para llegar mas temprano a casa. La soledad dejo de ser un tema filosófico con mis amigas para analizar y la posibilidad de ser madre soltera ante tan mala suerte en cuestión de pareja. Las dietas no sirvieron para los kilos que aumente es que me daba como ansiedad cada vez me sentaba a chatear. Llevaba siempre una taza de café y la lata de galletas, o los bizcochos de la esquina de casa que al pasar si sentía el olor a recién salidos del horno paraba cinco minutos para comprar una media docena. Poco a poco el dormitorio paso a ser mi sala de estar, living comedor cocina todo.
Y así como cambio mi dormitorio cambio mi vida. En menos de un año, se me ensancharon las caderas no sé si por los kilos que aumente o por las maratónicas horas que permanecía sentada en la silla. De fumar una caja de cigarros pase a fumar 3 atados por día lo que sin duda hoy me obligo a cortar con el vicio por las alteraciones respiratorias que esto me causo.
Ni que hablar de mis amigas. Verónica, no la veo y es la que más extraño porque era con la que quemábamos horas con filosofía pura de la vida. De la barra siempre Vero era la líder, la más grande con un hijo con perfumes parisinos y un pelo impecable era la lady total la “Susanita” de las cuatro. Claudia, más bohemia más relajada para sus cosas con una vida un tanto desordenada pero sin duda la más graciosa las cosas que le pasaban a Clau solo a ella le podían pasar se los aseguro y Cinthya que personaje Cinthya es la típica bonachona la más querida chiquitita diminuta al lado de nosotras que somos grandotas Cinthya parecía desarmarse y sin embargo resulto ser la de mayor carácter.
Éramos el clan inseparable “as Panteiras”. Vivimos juntas nuestra adolescencia y nuestro desarrollo profesional. Ante la misma mirada nuestra asombrada por los cambios que el destino nos iba rumbeando vimos como cada una tomaba su camino tan distinto al de la adolescente que solía ser. Cambiamos mucho bastante, pero las amigas no. Ahí estábamos con nuestras vidas con los errores que nos pesaban pero por sobre todo con nuestra amistad inquebrantable.
Con el paso de los años Claudia y Cinthya se casaron, ahora tienen sus hijos hermosos, Vero se caso pero no le fue muy bien así que siguió perteneciendo al circulo de las solteras.
Al principio yo les contaba de mis andanzas en internet. Como siempre se burlaban de mi. Claro ellas estaban en otra cosa, sus casa sus hijos en fin. Verito igual no me daba mucha importancia pero me escuchaba mientras esperaba hasta aburrirse que saliera de la silla y me vistiera para salir. Pasaron eternos jueves y viernes, después los domingos de feria, Vero la verdad tuvo mucha paciencia. Pero un día no fue más ni me llamo por teléfono y ahora hace tiempo que no se de ella supe que estuvo enferma, pero no la fui a ver.
En cuanto a Claudia y Cinthya creo que no entendieron nunca esta nueva obsesión que padecía. Ahora me pregunto como llegue a esto...
Me acuerdo que el primer chat que entre fue uno de España. Conocí a varias personas de la madre patria. Con muchos de ellos hicimos linda amistad y hasta hoy nos escribimos mail y mandamos postales en navidad y fin de año. De ese chat fui pasando a otros que los mismo amigos cibernautas me invitaban a participar. Así comencé a tener una lista enorme de conocidos con los que amanecía hablando. Contándole de mi vida cosas que ni en la terapia hablaba. No sé por que sentía plena confianza en ellos y podíamos hablar horas sintiendo que podía confesar mis más profundos secretos, algunos que hasta ignoraba y los fui descubriendo en las mismas charlas.
Es algo tan difícil de explicar los vínculos que se generan y la necesidad de apego que se siente una vez que comenzas a navegar por las diferentes páginas de chat. Al principio lo que más me entretenía era pensar un nick divertido que me identifique pero que no descubra mi persona. Tenia tantas direcciones de correo que de la mayoría me olvidaba las contraseñas o los nombres de usuario que creaba, pero tenía que hacerlo era la forma de identificar el tipo de correo o amistad que llegaría. A medida que avanzaba en confianza, fui cancelando correos y mis nick se redujeron a uno solo. Que paradoja tan solo como yo. Me enamore tanto como nunca antes. Di los besos más intensos sin tener otros labios, viaje por los más profundos placeres. Me envolví en sabanas de cristal y en todas esas sensaciones nuevas me quede atrapada. Completa de tanto y con el vacío de la soledad a la vez...
Hoy es un día más que abrazada a la almohada con los ojos vidriados por la tristeza, hundida en el sentimiento más oscuro de mi soledad. La mañana que colabora para que este estado que me acompaña desde hace tiempo, no se cuanto, porque un día me encontré con el sin saber por qué.
Pero me ahoga el desamor. El gris del cielo siempre tiño mi alma ocultándola del sol para que no pueda brillar nada a mi alrededor. El perfume de mujer solitaria me invade penetrando en mis entrañas. Las ojeras marcadas en mi rostro demacrado, acompasan a los rulos caídos con puntas florecidas que dibujan mi silueta ya perdida en otro cuerpo. Las cremas no borran la edad que me paso tan rápido. Los ajustados pantalones y blusas largas no disimulan las curvas engrosadas.
Hoy me da igual si el uniforme esta planchado. La camisa tiene una manchita de café que ayer olvidé limpiar y ahora no se secaría a tiempo. Además tengo mucho sueño siento apretada el alma me cuesta respirar. Tuve un sueño que más que un sueño fue un recuerdo...
Me vi saliendo con las chicas como antes. Estábamos en el auto de Vero, tomando unas cervezas en la rambla. Reíamos muchísimo acordándonos de la historia de Juan Manuel no parábamos de reír. Increíble desperté con las risas. Oyendo las risas de las cuatro. Me pesan los párpados como si hubiera llorado. La verdad que tengo muchas ganas de llorar. Este sueño me hizo ver la realidad.
Y lo que es peor darme cuenta que hace tiempo que no escucho reír y que no paso horas en alguna parte recordando locas anécdotas que de solo nombrarlas me divierten. Por un lado no me puedo quejar mi grupo de amigos ahora es mucho más que cuatro inseparables ahora somos un montón. ppero este sueño me hizo dar cuenta que estoy sola con tantos amigos. Es que todos ellos que son geniales son solo amigos virtuales nunca los pude abrazar, nunca los pude besar. Aquellos más que amigos nunca los pude amar y eso que me enamore como nunca.
Ahora verme así y verte ahí inmóvil mudo testigo de mi transformación ¿cómo me atrapaste de esta manera? me pregunto ¿tenes idea cuánto hace que no abro las cortinas? ¿cuánto hace que no le entra luz a las plantas? bueno a las macetas porque las pobres ya se murieron como parte de mi. Sabes, ni yo me acuerdo cuando fue la ultima vez...
Ufff! La verdad no tengo ninguna gana de ir a trabajar hoy. ppero el olor al café entrando por la ventana me despertó el apetito. Esta tristeza que me dejo el sueño me hizo pensar y darme cuenta que me siento sola y eso hoy lo voy a cambiar. La verdad que esta relación que tengo con Micky ya no la puedo continuar. Se me hacen eternas nuestras distancias me mata el saber que mientras lloro por estar en sus brazos y por sentir su olor en mi almohada el amanece con otro rostro en otra cama. Esto no cambia él no se viene y yo no me voy. Nuestros encuentros son más imaginarios y deseados que reales, aunque son más de los virtuales claro. Nunca antes me sentí tan comprendida por alguien es tan extraño amar así porque uno ama desde adentro. Pero se me hace difícil continuar. Lo extraño demasiado y el mal humor me visita seguido ahora, o porque no lo puedo ver o porque se fue o me vine. No aguanto la cama del hotel y el olor a desinfectante.
Ya no más. Me voy a dar un buen baño. Hoy, mejor desayuno con las chicas en la oficina para sentirme más acompañada. En la hora libre voy a llamar a Vero para que nos juntemos en la Ciudad Vieja a tomar algo o al Trigo donde ella quiera. Aunque la verdad con tanta nostalgia me gustaría una Uvita de Fun-Fun, escuchar unos buenos tangos, filosofar con sus letras y fumar alguna hierba. uy! que tiempo hace que no nos mandamos un apretadito de hierbas para reírnos toda la noche. Sí, arriba! este olor a café pudo más que el cielo gris.
Que lindo sueño el que deja una amargura enérgica. Nunca el tiempo me dio para tanto. Removí la tierra de las plantas para no dejar morir la esperanza. Abrí las cortinas, le puse agua
a las macetas y como siempre corriendo al 121 para no legar tarde...
Más tarde ya de regreso...
Debo reconocer que me sentí otra todo el día. Me anote en el gimnasio para recuperar la silueta. Retome la dieta con las chicas, volví a las ensaladas es que me sentí con tantas ganas. Llame a Verónica pero hoy no podía, así que quedamos para mañana. Por un lado lo prefiero porque es jueves, con todo lo que tenemos para hablar se nos va hacer muy tarde y mañana igual hay que trabajar. Además en una hora empiezo la gimnasia, mejor arreglo la casa abro las ventanas para que corra el aire fresco y preparo el bolso.
Estando en el dormitorio fue imposible no revisar los mensajes de correo. Me conecte tenia varios. Algunos urgentes por contestar. Estaba Micky en línea. Orgullosa comencé a contarle mi día y mis nuevas disposición. Junto con eso se venia lo más difícil decirle a Micky que ya no lo vería más. Los cambios lo incluían. Lo que además de duro porque no era algo que aún tuviera asumido, verlo llorar y suplicar una oportunidad y más tiempo para que la situación cambie. Mezclado con todos los sentimientos y la fuerte pasión que ambos sentíamos. En algo de todo lo que dijo tenia mucha razón, yo no podía vivir sin él y al parecer él sin mí...
Son las cinco treinta de la mañana. Aún sigo intentado calmar a Micky y calmarme. Hace más de diez horas que estamos hablando. En una hora me tendría que levantar para comenzar mi jornada. Llas ojeras que logre ocultar con el maquillaje ayer resaltan en mi desmejorada cara cansada, agrietada por las lagrimas y la edad que ya se nota. Los rulos que tanto trabajo me dieron armarlos están otra vez pegados a mi silueta tal vez un poco menos engrosada porque ayer no cené. Mi único alimento fue la ensalada porque deje para comer después del gimnasio.
Volvió a entrar el olor al café por la ventana señal que me tengo que despedir de Micky para irme a trabajar. Como a pesar de la charla que hace rato tenemos aún no llegamos a nada, hoy cuando regrese continuamos. Ambos pensaremos durante el día que vamos a hacer para luego definir esta vez si definir que va a pasar con nosotros. Bueno me voy a duchar...
Uy! No me puedo olvidar de llamar a Vero para cancelar para otro día porque seguro esta noche va a ser larga otra vez...
Juanita Radaelli ®
|